![Diego Schwartzman, carta de despedida del tenis. Foto: gettyimages](/sites/default/files/styles/epsa_detail_thumbail/public/2025-02/diego-schwartzman-carta-despedida-tenis.jpg?h=f0fe448e&itok=NIqz6Jrf)
Pocos jugadores habrán dejado una huella tan profunda en el circuito ATP sin ganar ningún gran torneo como lo ha hecho Diego Schwartzman. Más allá de sus indudables éxitos deportivos y años en la élite, el argentino ha emocionado a todo amante del tenis por su entrega, capacidad para superar obstáculos y un carisma desbordante. Él mismo repasa su carrera en una carta que emociona.
En la vida no hay mejor sensación que la de sentir que se ha dado el 100% de lo que se tiene y que se ha disfrutado de una carrera impresionante por la que no hay nada que reprocharse. Con ese sentimiento afronta Diego Schwartzman el final de su carrera profesional en el ATP 250 Buenos Aires 2025, habiendo querido plasmar los pensamientos que se le vienen a la cabeza en una carta en atptour.com que sirve a modo de epitafio de su carrera como tenista profesional y le permite despedirse de este deporte que tanto le ha dado y con el que tanto nos ha hecho disfrutar a todos.
"Tuve la oportunidad de cumplir muchos sueños y hacer más de lo que nadie pensaba que era posible. Tengo muchos momentos que recordar con alegría y con el orgullo de haber puesto todo mi esfuerzo cada vez que me enfrenté a los mejores. Siento que podría haber llegado más lejos en Roland Garros si no hubiera tenido enfrente a leyendas como Rafa o Novak", recuerda el argentino, eliminado en siete ocasiones en la segunda semana del Grand Slam parisino.
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Muy interesante es la parte en la que explica cómo a finales de 2022 sintió que ya no tenía posibilidades de seguir en la élite. "Tenía calambres, mi cuerpo no respondía y estaba sufriendo mucho. Para competir al máximo nivel hay que entrenar mucho y mantener un nivel de disciplina enorme, ahí tomé malas decisiones", señala, reconociendo que cambiar de equipo de trabajo en ese momento terminó siendo su condena final.
Los mejores momentos en la trayectoria del Peque llegaron en 2020, con su puesto de semifinalista en Roland Garros y su clasificación a las ATP Finals. "Durante el tiempo en que estuve entre los mejores entendí todo lo que es preciso hacer bien para mantenerse ahí, desde nutrición y entrenamiento, a tener la gente adecuada a tu alrededor. Solo puedo decir que lo di todo", sentencia.
"Mi tenis no se basaba en golpear de derecha y revés, sino que caminaba por la pista pensando cómo derrotar a mi oponente. Es curioso que fuera el tenis quien termina venciéndome a mí. Pero estoy feliz", dice un Schwartzman que rememora sus problemas económicos de juventud para poder viajar a torneos y reconoce que llegó a vender pulseras de un antiguo negocio familiar para costearse los gastos, teniendo que dormir en hoteles baratos sin televisión y compartiendo cama con su madre.
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Quizá lo más espectacular de Diego Schwartzman sea el mérito que tienen sus resultados teniendo en cuenta el factor limitante de su altura, 168 centímetros, en un entorno competitivo plagado de jugadores cada vez más altos y poderosos. "No me gustaba que hablaran de ello, todo se centraba en mi peso, mi altura. Nadie llega al top-100 con un cuerpo como el mío, debo reconocer que fue duro", antes de reivindicar que siempre se le asocia con un gran espíritu de lucha, pero que no se llega a donde él ha llegado sin ser un magnífico jugador de tenis.
"Nadie me regaló nada. He entendido que fui un jugador realmente bueno y que me gané a pulsar estar entre los mejores. Terminé pensando que, realmente, pertenecía a ese club", culmina un Diego Schwartzman que deja un legado en el tenis que va mucho más allá de sus resultados. Inspiración para miles de niños, motor de un tenis argentino que estaba herido mientras él triunfaba y cuyos éxitos han sido vitales para que vuelva a emerger y, sobre todo, un deportista con mayúsculas y un icono de la deportividad. El tenis nunca olvidará al Peque.