Alcaraz rompe su techo

El murciano derrota a Alex De Minaur para darse la primera alegría de la temporada. Primer título de su carrera en condiciones de pista dura bajo techo.

Fernando Murciego | 9 Feb 2025 | 17.38
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Carlos Alcaraz, campeón en el ATP 500 de Rotterdam 2025. Fuente: Getty
Carlos Alcaraz, campeón en el ATP 500 de Rotterdam 2025. Fuente: Getty

En su primera vez en el ATP 500 de Rotterdam, su primer título bajo techo. Feliz tiene que estar Carlos Alcaraz y su equipo con el resultado obtenido esta semana en los Países Bajos, donde viajaron con la carga de no haber conquistado ningún trofeo en los últimos cuatro metes y donde salen más que reforzados de cara a los próximos meses. Lo intentó Alex De Minaur, pero la realidad es que al australiano nunca llegó a estar cerca de dar la sorpresa, ni siquiera cuando se anotó el segundo set (6-4, 3-6, 6-2). Con esta victoria, el murciano inaugura su vitrina esta temporada y pone fin a ese objetivo que venía marcado en rojo desde hacía varios calendarios: conquistar su primer trofeo en condiciones indoor. La mejor manera de sellar su viaje a Rotterdam y de recuperar la sonrisa para los siguientes desafíos.

Siempre que Alcaraz aterriza en una nueva final, por mucho tiempo que haya pasado desde la última, es inevitable darle un favoritismo excesivo. Da igual el rival, da igual las condiciones, incluso da igual si es en un torneo que jamás había disputado, uno que se juegue en las peores condiciones respecto a su juego. Rotterdam se planteaba como un verdadero desafío para el murciano al principio de semana, hasta que le hemos visto ir superando cada examen con buena nota, hasta tumbar a un gigante como Hurkacz en el día clave de semifinales. Por otro lado, solemos infravalorar un poco a De Minaur para este tipo de citas, un pensamiento peligroso olvidar que el australiano vive actualmente el mejor momento de su carrera y está peleando por ser top5 mundial. Estos eran los ingredientes previos al choque, a continuación contaremos lo que pasó en la realidad.

El primer set fue como esperábamos, de hecho, se cumplieron todos los vaticinios. Alcaraz, de entrada, marcó su superioridad logrando el primer break y escapándose ligeramente en el marcador. De Minaur, al que le tengo un tremendo respeto por sus valores y esa cultura del esfuerzo, reaccionó a tiempo para volver a poner las tablas y recordarle a todo el mundo que en una final todo puede pasar, sobre todo cuando en la cancha se enfrentan dos jugadores que actualmente viven en el top10. Para inclinar la balanza haría falta quemarse en los juegos más calientes, es decir, a partir del 4-4. Allí donde el murciano volvió a apretarle las tuercas a su rival para recuperar la rotura de servicio y sellar a continuación el parcial con su servicio. Parece fácil, pero hace falta muchísima confianza para llevar esta teoría a la práctica.

Poco tuvo que ver el segundo set con el primero, momento donde el tenista de Sidney se quitó de encima un poco de presión y comenzó a ser más agresivo, a caminar hacia delante, incluso a dominar en más de una ocasión a uno de esos jugadores que suelen mostrarse ingobernables. Lo bordó Alex, que supo mantener un break tempranero para meterse en el coco de Carlitos y desactivar todo su ímpetu. El murciano, claramente afectado por el cambio de tendencia del encuentro, mostró un apagón que acabó pagando con un 6-3 más que merecido. Con todo igualado, nos íbamos al tercer asalto con esa sensación tan extraña que a veces reflejan los partidos de Alcaraz. Si lo tenía todo controlado, ¿cómo es posible que de repente pierda el timón?

No lo sé. Quizá es que tenga solo 21 años y le resulte muy complicado mantener el foco todo el rato orientado. Quizá De Minaur tuvo mucho que ver para que el partido se trastabillara en la segunda manga. Tampoco las condiciones son las más favorables para el murciano. Algunos dice que el tenis está más apretado que nunca, que ya no ha rival fácil. Podemos buscar todos los motivos del mundo, la cuestión es ver lo que pasa en el último set, el último juego, la última bola. Y ahí, por suerte, casi siempre es el mismo el que sonríe. Nuestro Carlitos Alcaraz, quien retomó de nuevo los mandos de la nave para conquistar su primer título de la temporada, el primero bajo techo.

NUEVA CONQUISTA DEL TENIS ESPAÑOL

Título número 17 en el palmarés de Carlos Alcaraz, desempatando con los 16 de su entrenador, Juan Carlos Ferrero, pero al mismo tiempo vengándole dos décadas después. Porque fue el valenciano el primer español de la historia en pisar la final en Rotterdam, donde cayó en 2004 ante su archienemigo Lleyton Hewitt. Se quedó muy cerca Rafa Nadal en 2009, pero tampoco pudo ante un Andy Murray imperial en estas lides. Hoy, 9 de febrero de 2025, el tenis español puede sacar pecho por haber conquistado una nueva plaza. Se encargó Carlitos de poner nuestra bandera en lo más alto, demostrando que todavía nos quedan muchas batallas por ganar.