
Mirra Andreeva continúa quemando etapas a una velocidad asombrosa. Con el poso de una veterana, los recursos de una estrella y la tranquilidad de quien confía en su proceso como nadie, la rusa está firmando en el WTA Dubái 2025 la que ya es la semana de su vida: tras superar a Iga Swiatek en cuartos de final, hoy se deshizo de Elena Rybakina en semifinales (6-4, 4-6, 6-3) para llegar a su primera final de WTA 1000 con apenas 17 años. Hay una nueva superestrella en el circuito femenino... y se llama Mirra.
El torbellino de una Mirra totalmente conectada se transformaba en calma completa en la pista de Dubái para encontrar premio en el saque de su rival. A pesar de querer ir con cierta prisa, confiando en su saque, Elena veía como la amenaza de su oponente rusa era más real que nunca con un marcador que se tornaba en contra de Rybakina. A pesar de que el empate volvía rápidamente, Andreeva protagonizaba un nuevo golpe que le acercaba a la victoria.
La número 7 del mundo intentaba atacar por el revés, pero Mirra resistía para terminar dominando con su derecha, ante la que su rival se quedaba sin respuesta. La noche se abría paso en un estadio que quería ver más tenis, y con unas jugadoras que no daban su brazo a torcer. El tiempo pasaba y Mirra pagaba los nervios de no ver puerta con su raqueta, aunque la batalla seguía al rojo vivo.
Andreeva pierde el rumbo, Rybakina tira de experiencia
La tensión se intensificaba por parte de la rusa, que recibía una warning con dos bolas de set en contra, perdiendo un poco el rumbo y cediendo la segunda manga ante una Rybakina que iba a por su presa. Cuesta abajo y sin frenos, Mirra no sabía cómo parar su mala racha ante una Elena que no dejaba de venirse arriba, dejando ver una sonrisa llena de confianza que le lanzaba al triunfo.
Sin embargo, fue ahí cuando Andreeva mostró de qué pasta está hecha. Tras encajar un break doloroso, se repuso tras un largo juego en el que asestó un golpe que acabaría siendo mortal. No volvería a ganar un solo juego la kazaja, desdibujándose ante las defensas cortadas de Mirra, que le pedía un golpe extra que Elena no sabía (o no podía) ejecutar. Por contradictorio que pueda parecer, era la jugadora de 17 años quien sabía manejar mejor los tiempos del final de partido que la campeona de Grand Slam, que cayó en la trampa de la rusa para acabar entregando el duelo.
Andreeva espera a la ganadora del Muchova-Tauson en una final que confirma el nuevo cambio de rumbo del circuito femenino: Swiatek, Sabalenka, Rybakina y Gauff se marchan de vacío de los tres primeros grandes títulos del año. Nacen nuevas estrellas que aportan color y brillo propio a un firmamento, el de la WTA, en el que una chica de 17 años promete devolvernos a etapas de fenómenos precoces que ponen el mundo a sus pies. A Mirra, claro, ya solo le queda un pasito para sumar su primera gran estrella del álbum. ¿Lo logrará?