Este es Hady Habib, el hombre que hizo historia con solo una victoria

Hady se convirtió en el primer tenista de la historia del Líbano en lograr una victoria en Grand Slam. Tras convertirse en un auténtico pionero, descubrimos su historia.

Carlos Navarro | 12 Jan 2025 | 19.55
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Hady Habib. Fuente: Getty
Hady Habib. Fuente: Getty

Hace apenas un par de meses, Hady Habib se preparaba para afrontar su último torneo del año 2024. La cita en particular tenía lugar en Temuco, Chile, a 13,709 kilómetros de Beirut, la capital del Líbano, país al que representa. Llegaba a la cita fuera del top-300, con una única bala para cumplir su sueño. El sueño en particular era participar en la fase previa de su primer Grand Slam, y la única bala consistía en ganar el título. No había otra opción posible. Su saque, un auténtico cañón, fue su mejor aliado para superar escollos a lo largo de la semana: el sueño cristalizaría de la manera más épica posible, en una final de más de tres horas que le acabó convirtiendo en un verdadero pionero. Habib se acababa de clasificar para el Open de Australia 2025.

Dos meses después, aquel sueño que comenzó como una remota posibilidad se ha hecho más grande de lo que jamás pudo imaginar. El primer campeón de un Challenger de la historia del Líbano se convirtió en el primer tenista en jugar un Grand Slam de la historia del Líbano... y, hace apenas unas horas, en el primer jugador en ganar un partido de cuadro final de Grand Slam de la historia del Líbano. Parece un trabalenguas, pero no son más que frases históricas, hazañas que le elevan a una categoría especial y que dan fé a un país que sufre los estragos de la guerra.

Porque el Líbano, bombardeado por Israel (que esgrime dirigir sus ataques a dependencias de Hezbollá, considerada una organización terrorista), ha visto cómo más de 3,800 de sus paisanos han fallecido en los últimos meses a causa de estos ataques. A las afueras de Beirut, la ciudad en la que Habib creció y descubrió su amor por el tenis, el eco de las bombas continúa resonando, obligando a más de un millón de personas a marcharse de sus hogares y desplazarse a zonas seguras. En tiempos de necesidad y devastación, el deporte se convierte en un halo de luz, y los éxitos de Hady son celebrados por la numerosa diáspora libanesa presente en Australia.

"Mi corazón está hecho añicos al ver lo que le está pasando a nuestro país y a nuestra gente. Mentalmente era muy difícil para mí aceptar que no podía hacer nada para ayudar, solo espero que tengamos paz pronto", señalaba Hady hace algunas semanas, en la previa de su primera aventura en un Grand Slam. Tras superar a Buyunchaokete y lograr su primer triunfo en un escenario como éste, la esperanza se hizo protagonista de su rueda de prensa postpartido. "Es una victoria enorme, sobre todo por lo que estamos atravesando como país. Pienso en que quiero darle algo positivo a mi país, especialmente al atravesar una guerra. Es fantástico poder darle esta victoria al Líbano y a toda su gente. El apoyo que estoy recibiendo es una locura, mi teléfono va a explotar de tantos mensajes. Tengo familia en Sydney que ha venido a verme, y es genial ver a toda la afición del Líbano apoyándome en el estadio. Me ayudaron a poder ganar este partido".

UNA VIDA ENTRE ESTADOS UNIDOS Y EL LÍBANO Y UNA DECISIÓN MUY EMOTIVA

La vida de Hady Habib ha ido a caballo entre dos países: Estados Unidos, donde nació (más concretamente en Houston, Texas) y donde pasó por la universidad, y el Líbano, donde vivió durante seis años y comenzó a jugar al tenis. "Mi padre es libanés. Desde los 6 a los 12 años viví allí y fui a la escuela allí, además de que empecé a jugar al tenis en el Líbano, a la edad de nueve años. Todavía tengo muchos amigos allí y, de hecho, mis padres viven allí. Llevo representando al Líbano desde que tenía 15 años, cuando jugué mi primer partido de Copa Davis", señala a la prensa Haby, que despeja una duda que sobrevoló por la cabeza de muchos: ¿por qué no eligió representar a Estados Unidos, un país que podría ofrecerle una mayor prosperidad económica?

"Crecí en el Líbano y me marcaron mucho los valores de la gente allí. Quería representar al país en el que crecí y formar parte de esa cultura tenística. Es una decisión que tomé cuando era joven, que me da una motivación inmensa para seguir adelante. Jugar para un país más pequeño es algo muy especial para mí". Tras aquel periplo en el país árabe, Habib regresó a Estados Unidos para perseguir su sueño de ser tenista profesional: pasó por la universidad estadounidense y se convirtió en uno de los jugadores más destacados de su país hasta, claro, dar el salto al profesionalismo, donde su bestial servicio y su tranquilidad en pista ya le permiten codearse con los mejores.

De Australia saldrá, como mínimo, en el top-170, culminando un salto de más de 150 puestos en apenas dos meses (o, realmente, tres semanas: la de Temuco y las dos que lleva en Australia). "Mi objetivo cuando llegué aquí era clasificarme al cuadro final. Lo logré. Hoy salí a pista con el objetivo de luchar cada punto, de jugar mi mejor tenis. Este es el mayor éxito de toda mi carrera". La emoción se apodera del discurso de Habib, que admitió tiempo atrás levantarse cada mañana y que lo primero que hiciese cada día fuera preguntar a sus familiares si estaban bien o, por el contrario, había sido alcanzados por un bombardeo. Mientras tanto, su esperanza en dar motivación a un país que sufría nunca cesó: apenas semanas después, ha encontrado su premio ante la euforia y alegría de unos compatriotas que sueñan gracias a él. Su próximo desafío, ante Ugo Humbert, será el premio a un tipo que solo quiere seguir creciendo... y, de paso, hacer historia para el tenis del Líbano.