Por segundo año consecutivo, a Carlos Alcaraz se le ha atragantado la segunda mitad del año. Desde Wimbledon, al murciano le ha costado mantener el pulso del primer tramo de la temporada. Justo ahí donde se acumulan los torneos que peor se le puede dar y cuando la cabeza se encuentra más cansada, a Carlitos le cuesta encontrar sensaciones y se marchará de vacaciones (a expensas de la Davis) sabiendo que para 2025 tiene margen de mejora en este aspecto.
El porcentaje de victoria de Alcaraz, por segundo año consecutivo, supera el 80% en términos generales, pero el último tramo de temporada le baja la increíble media que acumula. En 2023, Carlitos sumó un 18-8, con un 69,2% de victorias. En este 2024, un 11-6, que supone un 64,7% (para estos datos no hemos contado los partidos de Copa Davis o JJOO). Resulta llamativo esas 11 victorias de este año, teniendo en cuenta que ganó cinco encuentros en Pekín. Sin ese torneo, son solo seis victorias en cinco torneos (Cincinnati, US Open, Shanghái, París y Turín).
En este 2024, la final de los JJOO fue su Cincinnati de este año. Perder la final de Cincinnati el año pasado a manos de Djokovic le supuso un palo mental muy duro del que le costó recuperarse para encontrar la motivación en 2023 en esos últimos meses del año. En este pasado verano, la derrota ante el serbio en París, unida a un verano muy intenso con las victorias en Roland Garros y Wimbledon, le dejaron muy cansado a nivel mental, algo que provocó un paso por EEUU con solo una victoria en dos torneos.
Pese a todo, un año excepcional
No podemos pasar por alto que, aunque haya ganado menos títulos este año que en 2023 (4 por los 6 del año pasado), dos de ellos son Grand Slams. Seguro que el 99% de los tenistas del circuito te firmarían levantar dos grandes por año, aunque eso suponga terminar como número 3 del mundo a final de temporada. La sensación dentro del equipo es que el año ha sido tremendamente positivo gracias a esos picos de forma encontrados entre mayo, junio y julio, aunque los bajones hayan sido muy pronunciados, teniendo más derrotas inesperadas de las que hubieran podido desear.
Probablemente, si le pusieran a Alcaraz una hoja por delante donde dijera si firmaba ganar otros dos Slam en 2025, lo haría sin dudar. De ahí que el balance del año no puede ser otro que tremendamente bueno.
Y como siempre decimos, lo positivo para él es que solo tiene 21 años y que, como es obvio, tiene muchísimo margen de mejora en muchos ámbitos. Uno de ellos, controlar los bajones para que ocurran mucho menos que en 2024 y que para 2025 el tramo final del año lo termine con mejores sensaciones. "Mi objetivo para el año que viene es llegar más fresco a esta parte del año. Encontrar disfrutable cada lugar, cada torneo, cada partido. Para mí no es fácil viajar mucho en esta parte del año. Echo de menos mi casa. Quiero pasar tiempo con los míos, en casa. El año que viene intentaré ser mejor en eso", comentaba Carlos hoy en prensa, después de su derrota. Dentro de doce meses veremos si ha sido capaz de lograrlo.