
Inabordable en momentos de inspiración, desesperante en fases de desconexión. Así es Jelena Ostapenko, una jugadora que debe convivir con su irregularidad, que debe entenderse a sí misma, aceptarse como es y asumir que su estilo de juego kamikaze puede conducirla al paraíso o al infierno, habiendo muy poca diferencia entre ambos escenarios. Tras tocar la gloria en Stuttgart, sus reflexiones en rueda de prensa fueron curiosas.
Cuando aparece lo hace con la fuerza y contundencia de un tornada, pero se disuelve de forma abrupta y cuesta mucho que vuelva a rearmarse. Jelena Ostapenko es una jugadora única, una tenista difícil de entender para muchos y que genera tanto amor y admiración, como repulsa y animadversión. Tras ser campeona en el WTA 500 Stuttgart 2025, harían bien todas sus rivales en vigilar su progresión en próximos eventos y prestar atención a lo que dijo en rueda de prensa.
- Ostapenko muestra una enorme confianza en sí misma de cara a próximas citas
"Me gusta mucho este torneo, está muy bien organizado y hay un ambiente genial. Creo que en la final ante Sabalenka he hecho un partido impresionante. Analicé mucho mis enfrentamientos anteriores contra ella y salí a pista teniendo muy claro lo que debía hacer", aseguró la letona, que ha conseguido vencer a Swiatek y Sabalenka en la misma semana, lanzando un aviso a todos de que, a sus 27 años, está a tiempo de recuperar esa versión de juega que la permitió ser campeona de Roland Garros en 2017.
Desde aquel momento, Jelena Ostapenko ha experimentado todo tipo de vaivenes tenístico, físicos y emocionales, pero parece decidida a aprovechar esta ola de optimismo y excelencia en la que se ha subido en Stuttgart. "No se lo confesé a nadie, pero en cuanto llegué aquí supe lo que iba a suceder esta semana, sentí que iba a ganar el título. Me veo jugando cada día mejor, estoy con una enorme confianza y creo que merezco resultados como este", afirmó la letona, que viaja ahora a España para la disputa del Mutua Madrid Open 2025.