Un gigante llena de dudas a Djokovic en Australia

El serbio cede por sorpresa en cuartos de Brisbane ante un excepcional Opelka, que le fustigó a base de cañonazos y penalizó su falta de potencia con los golpes de fondo. 

Carlos Navarro | 3 Jan 2025 | 13.15
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Novak Djokovic. Fuente: Getty
Novak Djokovic. Fuente: Getty

Novak Djokovic no encontrará su 100º título en el ATP Brisbane 2025. En su camino intercedió un gigante dormido durante mucho tiempo que, parece, está dispuesto a despertar tras un calvario de graves lesiones. Se llama Reilly Opelka y ajustició al serbio con suma precisión no solo en sus servicios, sino también en una derecha letal (7-6(6), 6-3), dejando al balcánico en un estado de ciertas dudas antes del Open de Australia y garantizando en semifinales un duelo de mortíferos bombarderos ante Mpetshi Perricard.

Teníamos la sensación de que este, quizás, podía ser un partido trampa para Novak. Por la comodidad excesiva de sus dos anteriores encuentros, ante dos perfiles (Hijikata y Monfils) que apenas le hacen daño; por la cantidad de tiempo que ha pasado desde que Opelka, que se planteó dejar el tenis por las lesiones hace meses, había competido de tú a tú ante los mejores, y por el peligro que puede tener un sacador en las rápidas pistas australianas.

Normalmente es Novak un experto a la hora de contrarrestar este perfil, pero el serbio aún no está con la rapidez y explosividad que necesita para lograrlo. ¿Es una cuestión de tiempo, algo pasajero propio de las primeras millas de la temporada? ¿Es algo permanente, achacado a su edad y la difícil cuestión del equilibrio entre las semanas de entrenamiento y las de descanso en familia? Solo el tiempo nos podrá responder a este pregunta. Y el tiempo que pasó en el primer set de esta velada en Brisbane nos llevaba a un denominador común: el servicio.

Ninguno de los dos titubeó con su saque en el primer set, con pocos intercambios largos y no demasiado ritmo. En ese estado de zozobra Reilly se manejó como los ángeles, si bien Djokovic tampoco parecía sufrir con un buen balance entre puntos directos con el saque y bolas dirigidas al revés de su oponente. Sin embargo, cuando el estadounidense decidió subir el nivel y encontró cierto ritmo con la devolución, Djokovic no pudo seguirle el ritmo. A pesar de salvar tres bolas de break que olían a bolas de set, el tiebreak vio a un Reilly mucho más fino, concediendo poco con el servicio y con una tremenda confianza para atacar bolas cortas. Era solo el preámbulo de un segundo set excepcional.

VUELVE EL MEJOR OPELKA

Djokovic quedó en shock por un golpe que seguramente pocos esperaban. Opelka, por el contrario, se dio cuenta de que hoy era el día para hacer algo muy grande. Con más de un 80% de primeros saques dentro en el primer set, el nortamericano vio que ni tan siquiera necesitaría sacar como un monstruo para llevarse el segundo parcial. Las dudas de Djokovic comenzaron a trepar en un lento inicio que le vio cometer varios errores con una derecha de suspenso.

Los intercambios de derecha caían a favor de Opelka, que empezaba a inyectar veneno extra a sus tiros; la táctica de jugar bolas sin peso al revés dejó de funcionar, con un Reilly que también se hizo fuerte en su zona más débil. Esa confianza extra en la devolución permitió al gigante hacer un break temprano que marcaría el devenir del segundo set: más allá del hecho de lograr la rotura, la forma en la que lo logró (con contragolpes y recuperaciones más propias de un jugador defensivo) dejaba claro que había encontrado un estado de gracia total... y que había muy poco que hacer para solucionarlo (por parte de Nole).

La derrota deja a Djokovic en un lugar de ciertas dudas de cara a Melbourne. No hubo excesivos gestos de frustración, y sí algunos de sufrimiento (aunque leves) en algún que otro descanso debido a la sofocante humedad australiana. Se esfuma para Nole una oportunidad pintiparada de lograr su 100º título, pero lo que más incertidumbre genera en el aficionado quizás sea la falta de viveza y velocidad en sus tiros desde el fondo, especialmente en el lado de la derecha. Existen jugadores muy capaces de penalizarlo en dos semanas donde el esfuerzo físico es titánico... que se prepare Andy Murray, porque aún queda mucho trabajo por hacer.