Novak Djokovic es un libro abierto cuando la grabadora comienza a hacer su trabajo. Rara vez las entrevistas del serbio dejan a nadie indiferente: no se deja nada en el tintero, aporta profundidad a sus reflexiones y trata de justificar la gran mayoría de sus argumentos con una elocuencia que se escapa de lo habitual en un deportista. Su última gran entrega ha sido para la última portada de la prestigiosa revista GQ, y algunas de sus reflexiones más interesantes hacen referencia al pasado, presente y futuro del tenis, con cuestiones que conciernen a nombres como Rafael Nadal o Roger Federer.
Si bien Nole se explayó acerca de cuestiones que también tendrá cabida en esta web (que incluyen, incluso, la historia, la política y el debate sobre cuándo y cómo se retirará del tenis profesional), las que hacen referencia a la competición, ya sea pasada, presente o futuro, son de suma relevancia y merecen toda nuestra atención. En especial, claro, cuando el serbio se muestra optimista con respecto a que sus récords se romperán en algún momento... y elige a dos nombres como grandes candidatos para llevar a cabo tal empresa, si bien hay uno que destaca por encima del resto.
"La gente dice que mis récords jamás se van a romper. Lo dudo. Carlos (Alcaraz) podría ser el próximo grande. Incluso Jannik (Sinner). Si cuidan verdaderamente su cuerpo, si hacen las cosas de la manera correcta, centrándose en la longevidad y en el largo plazo, pueden lograrlo", señala un Djokovic que no tarda en subrayar los cuatro Grand Slams que el murciano ya ha ganado con solo 21 años. "Carlos ha hecho algo que jamás nadie ha logrado siendo tan joven. Las apuestas están a su favor. Va a completar el Career Grand Slam muy pronto".
Son palabras mayores que demuestran el respeto que Novak siente por el tenis de uno de sus grandes rivales, aunque no tarda en recomendar cierta cautela a la hora de expresar su ambición. "Él mismo ha dicho que quiere hacer historia. Quiere ser "el mejor de la historia". Respeto ese tipo de mentalidad, respeto esa manera de pensar que tienes lo que se necesita. Eso sí, quizás es un poco pronto todavía como para pensar en historia".
UNA PROFUNDA REFLEXIÓN SOBRE SU RIVALIDAD Y RELACIÓN PERSONAL CON NADAL Y FEDERER
Es casi obligatorio preguntar a Novak sobre las dos personas que han marcado su trayectoria. Rafael Nadal y Roger Federer juegan un papel fundamental en muchos de sus éxitos, y también de sus mayores decepciones. Encontrar, eso sí, un nuevo ángulo por el cual encarar a Djokovic con respecto a sus dos mayores némesis resulta complicado: empecemos por la imponente figura en la que Rafael Nadal se convertía en un vestuario antes de cada partido.
"Nadal es el más imponente. Sí, seguro. Roger también tenía un aura enorme. Antes de enfrentarte a él, lo sentías, pero era de una manera más elegante, ¿sabes? He visto que una vez le preguntaron a Rafa (sobre su ritual prepartido) y que él decía que nunca hizo nada para intimidar a su rival. Pensé: 'Mmm... no estoy tan seguro'. Era famoso por eso, le veías esprintar en el vestuario... quería hacer que su presencia se sintiera. Físico. Estoy aquí. Estoy corriendo por todos lados, estoy listo para la batalla, va a ser una cuestión física desde el principio, desde el minuto uno vas a escucharme. Eso es intimidante para muchos jugadores, y si no confías en ti mismo, si no tienes un plan de juego sobre qué quieres hacer desde el principio, te va a comer vivo".
Esos recuerdos forman parte del pasado. Ahora, con Rafa y Roger fuera de la ecuación, Novak se ha quedado como la última pata de una mesa que brindó menús inolvidables a los aficionados de este deporte. Muchos, incluso, sueñan con una reunión entre estos tres nombres que, en algún momento, no consiguieron conectar a nivel personal.
"Ahora mismo no les veo mucho, pero la rivalidad que tuvimos será eterna, creo. Es algo que deja una marca y un legado inolvidable, algo que durará para siempre. Estoy muy orgulloso de formar parte de este grupo. Mis rivalidades con ambos me han curtido como nada más lo ha hecho a lo largo de toda mi carrera", señala Novak. Pero queremos saber más: queremos indigar en el Djokovic más íntimo, en las idas y venidas de tres relaciones que no siempre viraron hacia la amistad.
"A nivel privado siempre ha habido altibajos, la verdad. Siempre intenté ser respetuoso y amigable fuera de la pista, pero no recibí aceptación al principio, porque yo salía a la pista diciendo y mostrando que iba a ganar. Creo que a ninguno de los dos les gustó eso en los primeros años, sobre todo porque la mayoría de los jugadores salía a jugar contra ellos, no a ganarles. Por esa postura de tanta confianza, quizás ellos se distanciaron. Y está bien, lo acepté. Entendí el mensaje: éramos rivales y nada más. Si somos honestos, es muy difícil ser amigo de alguien en el circuito. Si estás compitiendo todo el rato por el número uno, dos y tres del mundo... es difícil esperar cenas y viajes familiares juntos".
La sinceridad del relato de Djokovic hace referencia a momentos del pasado, a un panorama que no se corresponde con la actualidad. Y el futuro, para el serbio, es mucho más esperanzador... y un tiempo en el que tender lazos y puentes. "Las últimas veces que he estado con Roger hemos hablado de la familia, de estar fuera. Deseo conectar con ambos mucho más, en un nivel mucho más profundo. De verdad. No sé si ellos comparten el mismo deseo, pero yo sí. Depende de a dónde nos guíe la vida a todos. Vivimos en lugares diferentes, pero creo que el tenis nos puede juntar en algún momento".
La reflexión del serbio va más allá, esperando poder compartir una cena o una copa de vino junto a Roger y Rafa. Se vislumbra, claro, en un futuro donde la feroz competitividad del circuito no suponga un cortafuegos insalvable. "Me encantaría tomar algo con ellos, abrirnos y hablar sobre las cosas que les molestaba (se ríe), ¡que le molestaba a todo el mundo sobre mí! O al contrario, lo que sea. Dejemos todo ahí fuera. También me encantaría estudiar sus mentes, entender en qué pensaban o cómo manejaban diferentes situaciones en pista, la presión que hay sobre tus hombros cuando estás en la cima del mundo.
Yo tengo mis observaciones, porque yo les observé como ellos hicieron conmigo a lo largo de los años, pero es diferente cuando lo escuchas de primera mano. Espero que en un ambiente tan relajado como ese algún día podamos abrirnos y reflexionar. Sería genial para todos, pero también creo que mandaría un gran mensaje a los aficionados al tenis y al deporte, vernos a los tres juntos". Un deseo que, no lo vamos a negar, Nole, a nosotros también nos encantaría que se convirtiese en realidad.