Antes de adentrarse a jugar las ATP Finals y donde resultaría ganador, Jannik Sinner concedió una sincera entrevista para Esquire Australia en la que habló de cómo ha visto su año. Y es que el italiano puede estar muy orgulloso de su temporada al acabar como número 1 del mundo y ahber ganado dos Grand Slams, entre otros muchos títulos. Sin embargo, desde verano, todo lo relacionado con su caso de 'dopaje' le ha acabado medio arruinando uno de los años más exitosos que puede tener un tenista. Así, rescatamos algunas de sus declaraciones respecto a este tema
Mucho miedo por la reacción de los demás
"Ha sido una época dura. No podía hablar de ello con nadie. No podía desahogarme ni pedir ayuda. Todos los que me conocían y me veía jugar entendían que me pasaba algo. Pasé noches en vela, porque aunque estés seguro de tu inocencia, sabes que estas cosas son complejas. Todo el mundo inmediatamente dijo la verdad y eso me permitió jugar. Aunque en Wimbledon estuve cohibido. E incluso después, mi sensación con la gente era de miedo. Fui a entrenar en la sede del club de Cincinnati y pensé: '¿Cómo me miran? ¿Qué piensan realmente de mí?' Me di cuenta de quiénes son mis verdaderos amigos”.
Un gran año en el que ha acabado de explotar
"He crecido mucho este año, tanto mental como físicamente. Los resultados que se ven ahora no son repentinos. Son fruto del duro trabajo que hemos realizado durante los últimos dos años. Soy hijo de un chef y sé que no se empieza a cocinar un buen plato en unos minutos. Hay que estudiar, comprender, probar y volver a probar, y entonces el plato final será bueno".
Cosas que ha aprendido dentro de la pista
"La táctica. Es importante porque puede permitirte ajustar un partido que no va bien. Cuando Simone Vagnozzi llegó a mi equipo, me daba siete u ocho datos por partido. Sinceramente, no entendía nada. Me decía: ‘de vez en cuando, haz un slice”. Pero yo no sabía cómo hacerlo, así que hicimos muchos cambios. Es un golpe que técnicamente no hago bien porque cojo la raqueta con las dos manos. Aun así, me siento más seguro con él. Simone es bueno porque hablamos mucho y no me impone reglas. Me pide que sea más fluido y con la distancia adecuada. Tocar la pelota de la manera correcta también significa gastar menos energía".
Y cosas a mejorar
"En la final del US Open no saqué bien. Eso puede pasar, pero es un golpe en el que hay mucho margen de mejora. Estoy convencido de que, por mucho que practiques, siempre tienes un mal día. Pero es importante poder variar tus golpes, sentirte más seguro cuando subes a la red, trabajar la volea, tener una sensación diferente de la pelota".
Tus rivales te puede ayudar mucho a mejorar cosas concretas
“Es un mix entre sólido y agresivo. Me cuesta más la defensa. De hecho, intento no defender. Mi tenis es versátil, pero, por ejemplo, todavía no sé jugar bien en la red. Un jugador que me ha hecho crecer mucho es Medvedev. Yo nunca había hecho saque y volea, y él me obligó a practicarlo para intentar ganarle. Contra algunos jugadores tengo que hacer más el revés largo. En tenis se aprende de la relación con el adversario. La verdadera pregunta para el jugador es: ‘¿cómo me meto en la cabeza del rival?’ Si adivinas la respuesta, las cosas en el partido cambian”.
¿Cómo ha aprendido a no dejarse llevar por los nervios?
“Aceptándome a mí mismo. He madurado, me comprendo más. Puede parecer una tontería, pero conocerse a uno mismo es fundamental. Lo he trabajado mucho con mi psicólogo deportivo Riccardo Ceccarelli. A veces perdía partidos porque gastaba mucha energía, empezaban los calambres, las molestias. Pero cuando empecé a admitir que me equivocaba, di pequeños pasos adelante. En el partido me resulta más fácil, olvido el error con más facilidad. Sin embargo, en el entrenamiento busco mejorar rápidamente. Eso es un error”.