Acercándose a ese soñado Top 10, Jack Draper ha desplegado en esta temporada de 2024 su mejor nivel tenístico, al menos de la forma más continuada posible y sin grandes incidencias por las lesiones que en su momento frenaron su progreso. El británico, actual número 15 del mundo, se muestra crítico con su yo del pasado, además de repasar su evolución en cuanto a madurez a lo largo de todos estos años.
"Cuando era más joven, no tenía mucha mentalidad de trabajo. Cuando eres más pequeño, entras en el mundo del tenis y no sabes muy bien de qué va. Es un cambio brutal, porque te das cuenta de que si quieres ser bueno, tienes que madurar y ser un adulto a los 20 años. Yo no estaba preparado para eso; no quería esforzarme. No quería sacrificarme. No quería ser profesional. No quería hacer todo lo que eso conlleva", confesaba de la forma más honesta posible Jack Draper en una entrevista con The Guardian.
"Fue entonces cuando me di cuenta de que tenía que cambiar. Estoy muy, muy orgulloso de la forma en que asumí la responsabilidad de ser realmente diferente y he obtenido muchas recompensas de esas decisiones. Muchas cosas buenas han surgido de intentar ser mejor y crecer, ser mejor persona, ser más independiente y más hombre".
Su evolución como tenista y como persona
"Siempre oigo a la gente decir que no es el logro lo que te hace sentir bien, sino el proceso que te lleva a lograr algo. Pasar por todo eso, todo el trabajo, las dudas y las preocupaciones... La parte agradable es el trabajo en sí. Este año he vivido momentos increíbles que me han hecho sentir bien, pero también he aprendido a disfrutar del trabajo duro y de todas las cosas difíciles que conlleva. Soy más tranquilo. Creo mucho más en mi tenis y en mi vida fuera de la pista. Es difícil para un jugador joven. Estás tan ocupado jugando al tenis que tu vida personal queda aparcada. He conseguido encontrar un buen equilibrio. En Londres puedo entrenar, pero también tengo mi propia casa. Me siento muy contento con muchas cosas y me he convertido más en mi propia persona".
Sobre el odio que proviene del mundo de las apuestas
"Mi primer partido profesional en 2018, creo que gané por 6-0 y 6-0 y era una persona horrible, que encontrarían a mi madre. Es cada partido, ya ganes o pierdas, recibes cientos de mensajes de personas y realmente no puedes detenerlo. Si pierdo un partido hoy en día, basta con entrar en mi última cuenta de Instagram para ver unos 100 comentarios con emojis de payasos, serpientes y todo ese tipo de cosas. No se puede controlar. Todo el mundo lo tiene, especialmente las chicas. A las chicas les pasa mucho más que a los chicos".