
‘¡¡Que siga la magia!!’, esta es la última frase que se escucha en el encuentro que Punto de Break tiene con Jaume Munar (Santanyi, 1997) en la piscina del RCTB 1899 del Trofeo Conde de Godó. El español aparece después de ganar a Frances Tiafoe en individual y de repetir el mismo destino en dobles junto a Pedro Martínez. ¿Doble felicidad? Todo lo contrario, doble autocrítica por no haber quedado satisfecho con su nivel, pese a las victorias. Quizá su evolución también pase por ese nivel de exigencia, aunque hay muchos otros factores.
El inicio de temporada de ‘Mágico’ Munar, con semifinales en Hong Kong y en Dallas, marca un punto de inflexión en su trayectoria: la confirmación de que aquel jugador que solíamos ubicar en tierra batida, hoy sonríe más en canchas duras. “El cambio es por pura necesidad”, comenta el español, sabiendo que el proceso todavía sigue su curso. Lo que no cambia es su discurso fluido y su facilidad de palabra, explicando perfectamente cada detalle de un viaje que supone reformar su estilo de juego en pos de dar el próximo salto.
Empezamos por el dobles. Lo teníais perdido y, de repente…
Hemos empezado muy mal, desconectados, sensaciones regulares yo por tenis y Pedro por venir de perder el individual, además de arrastrar alguna molestia física. Después le hemos dado la vuelta, es la suerte de compenetrarse y conocemos tanto. En un momento duro, nos apretamos de más, aunque al final siempre sale esa rabia de estar jugando en casa y haber recibido una wildcard. Somos la pareja española de Copa Davis, así que al final hemos terminado jugando muy bien, aunque el partido ha sido raro.
¿Os marcáis algún objetivo en la modalidad?
Te soy muy sincero, yo quiero jugar dobles siempre que puedo y Pedro también tiene esa mentalidad, pero a veces es muy difícil. Además de los cambios de superficie, para entrar a los Masters 1000 estamos muy justos, pero es que en los ATP 500 hemos tenido suerte de jugar bien en Río y ahora aquí también. El objetivo al que aspiramos es lo que pasó en Suiza: en un momento puntual ser la pareja de Copa Davis. A partir de ahí, todo lo que venga será bueno, ya sea a nivel tenístico, económico o para ir ganando ritmo.
Y luego está lo de Tiafoe, que también se complicó bastante, pero el H2H decía que todavía podían pasar cosas.
Hemos jugado muchas veces, nos conocemos desde pequeños, yo sé que le pesa jugar conmigo, eso está en la cabeza seguro… aunque la última vez en Lyon jugué muy mal y perdí, en tierra batida. La realidad es que estaba jugando un partido muy malo, en ningún momento mejoré a nivel tenístico, simplemente estuve ahí, me mantuve firma a nivel mental y a nivel físico. Cuando salió la oportunidad supe cogerla, pero tampoco es un partido del que esté súper contento. Al estar jugando en casa y delante de mi gente, lo mínimo era mostrar esa resiliencia hasta la última bola. Ahora bien, si quiero seguir adelante tengo que mejorar muchas cosas.

Es tu primera victoria en la gira de tierra, ¿qué expectativas tienes de aquí a verano?
He cambiado muchas cosas en los últimos tiempos, mi juego se está adaptando más a pista rápida que a tierra batida, la realidad es que me está costando el inicio en esta superficie. En Marrakech, donde las condiciones eran un poco especiales por la altura… sinceramente, creo que no tendría que haber ido después de jugar bien en Miami. Luego en Montecarlo perdí un partido muy ajustado, aunque no jugué como me hubiera gustado. A nivel tenístico aún puedo mejorar, antes me faltaban muchas armas como jugador de tenis pero no se me notaba tanto en tierra; hoy es al revés, con el tenis que estoy mostrando en pista rápida creo que necesito dar muchos pasos para para mejorar en tierra.
¿A qué se debe este cambio en tu juego?
El cambio viene, primero, por necesidad. Si quiero ser mejor jugador de tenis no había otra opción. Cambios grades vengo haciendo desde finales de 2023, con el saque hice varios y la derecha la cambié por completo, hasta empecé a jugar con pelota de espuma, como los niños de cinco años. El 2024 fue un año de adaptación, aunque sigues compitiendo con los mejores si quieres estar ahí. Sabía que sería un año difícil, cambié mi posicionamiento en pista, mi manera de jugar, muchas cosas. Ahora en 2025 es cuando empiezan a salir los frutos, pero el trabajo viene de muy atrás.
Jugar pensando en los cambios, más difícil todavía.
Por eso me está costando jugar más en tierra, donde se tiene que pensar un poco más porque la parte táctica gana importancia. Vengo de jugar en pista rápida con las ideas muy claras, siendo muy agresivo de principio a fin, utilizando mucho el slice y sacando bien, pero todas estos detalles en tierra batida no se ven tanto. En cambio, hay otros como la dureza física, la capacidad de pasar una bola más o la paciencia de construir el punto que sí que te dan mucho en arcilla, pero yo lo había perdido un poco. Ahora toca reencontrar esa humildad táctica que en cemento no es tan importante.
¿Sigue siendo esta tu gira favorita?
Es mi gira favorita por los lugares y lo que representa, pero a nivel de tenis no es mi gira favorita. Por sensaciones, hablamos de jugar en Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma o París… cualquier persona que le guste el turismo, más allá del tenis, te dirá que es la mejor gira del año.
Creer en el proceso pero aceptando las derrotas, ¿es quizá lo más complejo?
Lo más duro es desviarte de tu línea de trabajo una vez que la has definido. Perder es parte del plan, incluso jugando bien. Llevo muchos años con este proceso y he perdido muchos partidos, así que eso no cambia tanto. Lo que sí cambia es darte cuenta de que tu predisposición, o la puesta escena que tienes, no es la adecuada. Por ejemplo, a nivel tenístico, a mí se me hace mucho más duro días como ayer, donde no juego bien, que algunas derrotas.

En 2025 solo dos jugadores ha ganado a rivales del top20 en pista dura, pista indoor y pista de tierra batida. Carlos Alcaraz y….
Supongo que seré yo (risas)
¡Correcto! El proceso va por buen camino…
El tenis que he jugado este año ha sido de nivel alto, más alto que el ranking que tengo ahora mismo. Eso lo he demostrado, el reto ahora viene en la capacidad que tengas de sostenerlo en el tiempo y la capacidad para desarrollarlo en diferentes superficies. Si estoy top60 es porque tengo que estar ahí, tú puedes tener suerte y buenas dinámicas, pero la realidad es que el ranking siempre es objetivo. Las últimas 52 semanas pone a cada uno en su sitio.
¿Te obsesiona mejorar ese ranking de #52?
Me gustaría, pero ahora tengo menos obsesión que antes. Si logro jugar este nivel de tenis sé que voy a superar ese ranking, ahora sí estoy dispuesto a aspirar por esas cosas. Antes era más una motivación personal, pero me faltaban las herramientas para realmente conseguirlo con firmeza. Si consigo mostrar ese tenis durante buena parte del año, estoy convencido de que lo voy a conseguir.
Por cierto, 100 victorias ATP. ¿Qué te dice este dato?
Significa que llevo años, porque tampoco soy un jugador de muchas victorias por año. Uno tiene que valorar dónde está, llevo muchas temporadas disputando los mejores torneos del año, compitiendo con los mejores, esto es algo que se debe valorar. Será algo que seguramente eche de menos cuando ya no esté por aquí.

De esas 100 victorias, ¿con cuál te quedas?
[…] Por emoción y lo que significó, la victoria ante David Ferrer en Roland Garros 2018. Yo estaba #160 del mundo, acababa de superar la fase previa y David Ferrer era quien era. Para mí es la victoria más especial, no es la mejor a nivel tenístico, pero emocionalmente es la que me dejó mejor recuerdo.
¿Y la derrota que te gustaría cambiar por una victoria?
Las semifinales de Dallas de este año, venía jugando muy bien pero me arrugué, la perdí yo, no tengo problema en decirlo. Estaba jugando en posición de conseguir cosas grandes, así que luchar por un ATP 500 hubiera sido algo muy especial.
¿Y una victoria por celebrar?
(Piensa) Por tenerlo… la victoria que me diera un título. Sobre todo por la consolidación de todo este trabajo, es una cosa que me haría mucha ilusión.
Te tengo que preguntar por la que hay montada en Twitter con lo de ‘Mágico’ Munar, una creación de la cuenta @BerridosDeMunar que ya es imparable.
Es un descojone esto (risas). Mira, yo no tengo Twitter, es la única red social que borré del móvil. Lo cierto es que utilizo muy poco el teléfono, lo único que uso es Instagram, pero el otro día me viene Carreño en Marrakech y me enseña un vídeo mío en esta red y nos partíamos. Ayer mismo estuve mirando esa cuenta con mi novia y mis padres y la verdad que es un descojone (risas). Estoy muy agradecido, toda esa parte viral y de fans es lo que sustenta el deporte, lo que mantiene viva la chispa. Me alegra ver que la gente se entretiene, al final el deporte pertenece al entretenimiento.

La verdad es que el apodo de ‘Mágico’ es pura fantasía.
Podía ser mucho peor, desde luego, este no está mal (risas).
Queda registrado de manera oficial el apodo.
Que se quede, ¡¡que siga la magia!!