
Añorar lo que se pierde es uno de los sentimientos más humanos que existen y la tendencia inexorable de la ATP a romper con el formato habitual de torneos Masters 1000 ha suscitado un movimiento de reivindicación en tenistas y aficionados. El gran espectáculo visto en Montecarlo hace que muchos se planteen si alargar a dos semanas la duración de 7 de los 9 Masters 1000 del año, ha podido ser un error.
Cuadro reducido con 56 jugadores en 64 espacios, con tan solo los ocho mejores eximidos de primera ronda y, por tanto, una exigencia máxima desde el primer encuentro. Necesidad de competir en días consecutivos, jornadas repletas de partidos interesantes y una concentración de espectáculo total en una semana en la que los aficionados al tenis ponen sus cinco sentidos en el torneo. Todo eso es lo que caracterizó siempre a los Masters 1000, pero todo ha cambiado ahora.
Hasta hace pocos años, Indian Wells y Miami se disputaban el galardón honorífico de quinto Grand Slam, al tener un cuadro extendido y durar algunos días más de lo habitual; era interpretado como un premio a dos eventos de instalaciones más grandes de lo habitual, con un prestigio hitórico especial y ubicados en un tramo del calendario en el que la distancia temporal entre dos Grand Slams es mayor. Eso se ha convertido ya en la norma habitual, por lo que la primera consecuencia directa ha sido restar prestigio y carácter genuino a los dos primeros Masters 1000 del año.
- El carácter diferencial histórico de Indian Wells y Miami se ha perdido
La sobrecarga del calendario ATP es cada vez más flagrante y haber ampliado a casi dos semanas de duración 7 de los 9 Masters 1000 del año no ha contribuido a mejorar la situación. Por mucho que los 32 mejores estén eximidos de disputar la primera ronda y no empiecen a competir hasta el viernes o sábado, tienen que estar desde el lunes en la sede del torneo, atendiendo compromisos de promoción y patrocinio, participando en ruedas de prensa y entrenando duro para aclimatarse a las condiciones del torneo.
Más tiempo fuera de casa, más tiempo con rutinas de competición y más dificultades para que, en un mundo repleto de ofertas de ocio, los aficionados al tenis estén atentos a todo lo que sucede. Situar un día de descanso entre partido a partido no parece tener mucho sentido, siendo esto una parte de la estrategia de la ATP de potenciar los grandes eventos, que son los que más dinero generan, y cargarse progresivamente torneos de categoría ATP 250, los grandes perjudicados por esta tendencia.
- Los mejores tenistas del mundo ven cómo su tiempo en competición se ha incrementado mucho
Cantidad no suele estar asociado a calidad y eso es lo que parece estar sucediendo en el tenis. La exigencia en primera ronda para los favoritos se resiente, cada día hay muchos partidos y se hace difícil seguir cada torneo, mientras las arcas de todos los eventos siguen engrosando sus cuentas al vender más entradas.
Lo mejor de este formato es la democratización que supone para la clase media del tenis. Al tener cuadros extendidos, dan cabida a más tenistas en el cuadro final, y también provocan que jugadores de peor rango clasificatorio puedan disputar la fase previa, dotándose esta y la primera ronda del torneo final de un prize money cada vez mayor. Este es el puntal con el que la ATP defiende una decisión que no convence a jugadores ni aficionados.
- La gran ventaja de los Masters 1000 de cuadro extendido es dar cabida a jugadores de peor ranking y democratizar el tenis
Rune, Giron, Pegula o Tsitsipas han sido los que más contundentemente se han pronunciado en los últimos tiempos acerca de su predilección por los Masters 1000 de una semana, mientras que en redes sociales el sentir general de los aficionados parece ser el de una profunda añoranza de los tiempos en los que todos los Masters 1000 duraban eso. Montecarlo y París son los reductos del pasado en un circuito que camina en otra dirección.
Muchos se preguntarán si estos dos eventos pueden expandirse también en algún momento, pero nada indica que lo vayan a hacer. Montecarlo cuenta con un régimen especial de no obligatoriedad de disputa por parte de los mejores y su permanencia en el calendario responde a la historia y tradición, aspectos difícilmente violables en su caso.
The Monte Carlo Masters a nice and welcome reminder that you don’t need two-week schedules and late-night finishes to put on an entertaining tennis tournament.
— Stuart Fraser (@stu_fraser) April 13, 2025
- ¿Por qué Montecarlo y París siguen siendo de una semana de duración?
Es un evento único en el mundo, el Montecarlo Country Club no cuenta con las instalaciones necesarias para poder dar cabida un torneo femenino paralelo o un cuadro extendido del masculino, y apenas hay espacio ya en el calendario. Situación similar se da en el último Masters 1000 del año, París,que ha cambiado de sede recientemente para cumplir estándares de calidad y no ver puesta en entredicho su continuidad en el calendario.
Si algo queda claro es que los grandes perjudicados por esta tendencia a alargar los Masters 1000 son los tenistas que suelen llegar a rondas finales y que ven cómo su tiempo en modo de competición se dilata durante todo el año, mientras que los más beneficiados son los tenistas cuyo ranking oscila entre el 60 y el 100 del mundo, que tienen la posibilidad de competir en estos eventos, ya sea en cuadro final o en fase previa. Además, los torneos pueden vender más entradas y generar más negocio, intentando captar nuevos aficionados, pero se observa un cierto hartazgo de muchos seguidores ante la bajada de nivel en torneos de cuadros extendidos y la dificultad de mantener la ilusión y un seguimiento exhaustivo durante tanto tiempo. ¿Tú qué opinas? ¿Qué duración de Masters 1000 prefieres?