Hace ya un par de años, el mundo entero alucinaba con el papel de Emma Raducanu en el US Open, edición en la que se hizo con el título arrancando desde la fase previa. La historia de Eva Lys, joven alemana de 23 años que no ha dejado de impresionar en este Open de Australia 2025. A diferencia de la británica, Eva está presente estos días en Melbourne, para sorpresa de ella misma, como Lucky Loser. Son ya tres triunfos los que acumula en el cuadro principal, además de un par de cambios en su vuelo de vuelta a casa.
Por delante tiene a Iga Swiatek, por lo que sus opciones de seguir con vida en el primer Grand Slam de la temporada corren peligro, aunque Lys ya ha hecho historia en el tenis al convertirse en la sexta jugadora en alcanzar los octavos de un torneo de esta categoría como Lucky Loser, es decir, habiendo perdido en la fase previa, pero accediendo al cuadro principal a causa de una baja de última hora: "No parece que sea real", decía la germana en rueda de prensa.
"La razón por la que estoy jugando tan bien es porque tengo el brazo suelto, no tengo nada que perder. Sé que no será un partido fácil contra Iga. También sé que no se me va a subestimar en cuarta ronda. Veo que tengo oportunidades, voy a intentar jugar mi mejor tenis. Ella tendrá que trabajar un poco más duro para conseguir el triunfo".
Una noticia que cambió su vida por completo
"No sé cuándo me daré cuenta de lo que está pasando. Es una situación increíble en la que estar, especialmente sabiendo que entré como Lucky Loser. Tengo una foto mía durmiendo del día en el que entré en el cuadro. Intentaba pasar tiempo aquí, hacer algo porque no sabía qué hacer con el tiempo que tenía. Tenía el vuelo al día siguiente. Es una locura de historia, todo pasó muy rápido. Esos días han cambiado mi vida. Me siento algo vacía ahora mismo porque están ocurriendo muchas cosas".
Su vida antes del Open de Australia 2025
"Siempre me ha costado mucho al acercarme al Top 100, al jugar en los grandes torneos. Al final, sé que tengo el nivel, pero me ponía demasiada presión sobre mí misma. Siempre he sabido lo que había en juego, siempre lo he querido muchísimo. Esa fue la razón por la que nunca era capaz de salir y ganar. Recuerdo que la primera vez que jugué el Open de Australia pasé la fase previa y me enfrentaba a Bucsa en la primera ronda. Jugué muy bien en el primer set, luego empecé a pensar en cuántos puntos ganaría, en cuál sería mi clasificación. El segundo set lo perdí por 6-0.
A veces mi cabeza va por delante de mi tenis y de mi cuerpo. La mayor lección de estos últimos 12 meses es que tengo que salir a jugar. Cuanto más pienso, peor juego. Simplemente intento saltar a pista y disfrutar. Mi posición de lucky loser también ayuda, a veces necesitas una segunda oportunidad".