Iga Swiatek continúa escribiendo su historia dentro del circuito WTA. Es una historia que cuenta con muchas más páginas de oro que renglones torcidos, una historia que la mantiene dentro del top-2 de la clasificación mundial y en la que cada temporada pone su estampa en un nuevo Grand Slam. 2024 no ha sido diferente, si bien ha sido una temporada con más altibajos que las anteriores, producto de una tensión emocional exagerada y un escrutinio mediático impresionante en su país de origen.
Quizás Iga se puso demasiada presión en sus hombros en unos Juegos Olímpicos que vaciaron el tanque de gasolina, especialmente a nivel psicológico. Afrontó en reserva el resto de grandes partidos de la temporada, cediendo el trono del mundo a Sabalenka, pero finalizando con solvencia un año cuya primera parte tuvo la firma de Iga. Título en Roland Garros, en Doha, en Indian Wells, en Madrid, en Roma... ¿quién no firmaría un año así? Seguramente la ambición de la polaca iba más allá, pero ella misma recapitula su temporada y señala que la capa de superheroína, en esta ocasión, se quedó en casa.
"Gracias por esta temporada. En primer lugar quiero agradecerme a mí misma y a mi equipo porque hemos vivido otro año extraordinario. Ha sido un año en el que ha tocado no ser una superheroína y aceptarlo, afrontar nuevos desafíos, pelear y luchar, trabajar duro, apreciar nuevas marcas y desbloquear nuevos éxitos. Lo verdaderamente fundamental, sin embargo, es que acabo este año con plena satisfacción y con mucho orgullo por mi entrega, fuerza y todo lo que he hecho y logrado, que va más allá de todo lo que las palabras puedan decir. Es momento de resetear, de volver a empezar. Mi cuerpo y mi mente lo necesitan. Gracias a todos aquellos que estáis a mi lado en este viaje, nos vemos pronto", señalaba en unas sentidas declaraciones Iga.
CAMBIOS DE ENTRENADORES, PRESIÓN... Y MUCHAS VICTORIAS
Ha sido una temporada marcada también por el cambio de rumbo de Iga en los banquillos, con la llegada de Wim Fisette, quien buscará tener un impacto inmediato desde el inicio del año 2025. Se presenta un nuevo año con una gran cantidad de desafíos muy interesantes para la polaca: el principal, quizás, sea mostrar una mayor confianza en su estilo en tapetes donde el juego no le fluya de forma tan natural, especialmente en Australia y Wimbledon, torneos donde la capacidad de mejora de Swiatek es enorme.
Administrar mejor también las cargas a nivel mental podría dar un extra de confianza a Swiatek fuera de una tierra batida donde seguirá siendo, o al menos eso podemos presuponer, la dominadora total del circuito. Imaginen: si en un año de altibajos, con muchos sinsabores y lágrimas, Iga ha sido capaz de asegurar un Major y múltiples títulos de WTA 1000, ¿qué puede lograr estando plenamente enfocada y sin la presión de unos Juegos Olímpicos tan desgastantes a nivel mental? La respuesta nos la dará un 2025 donde además existe un aliciente más: volver al número uno del mundo. Que se prepare el resto.