Leylah encuentra refugio en la hierba

La canadiense viene firmando una gran gira sobre césped, demostrando que ya le encontró el truco a la superficie: “Para mí la mayor clave está en las piernas”.

Fernando Murciego | 28 Jun 2024 | 08.00
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Leylah Fernández sobre hierba. Fuente: Getty
Leylah Fernández sobre hierba. Fuente: Getty

Aunque estar dentro de las 30 mejores del mundo represente todo un éxito para cualquier deportista, lo cierto es que con Leylah Fernández siempre tuvimos unas expectativas mucho más altas. De momento, su aventura en 2024 es una construcción a fuego lento, un viaje que ha tenido que esperar hasta el ocaso de junio para verla de nuevo disputando unas semifinales. El premio ha llegado esta semana en el WTA 500 de Eastbourne, un resultado que no sorprende después de verla hace siete días pisando los cuartos de final en Birmingham. En definitiva, una gran gira sobre pasto en el momento donde quizá menos se esperaba verla brillar.

“Todos sabemos cómo es la temporada de hierba, es una gira tan corta que lo único que buscaba era disfrutarla tanto como fuera posible. Lo último que quieres pensar es que durante este mes y medio de torneos puedan llegar grandes problemas”, afirma la tenista de 21 años, quien rompió la barrera mediática hace casi tres temporadas cuando quedó subcampeona del US Open 2021 en una final inolvidable ante Emma Raducanu.

“Cuando era una niña, lo primero que hice fue jugar al tenis sobre hierba, así que intento recuperar esa misma emoción para convencerme de que puedo jugar en hierba y disfrutar al mismo tiempo. Recuerdo tener 8-9 años y desear jugar sobre hierba como profesional, simplemente soñaba con golpear una pelota de tenis allí. Ahora por fin tengo esta oportunidad, así que solo quiero tomar la parte alegre de todo esto”, rememora con añoranza la de Montreal, una mujer que hasta el momento solamente atesora una victoria en Wimbledon en toda su trayectoria.

Entonces, ¿a qué se debe esta mejora tan considerable sobre hierba? Puede que solo fuera cuestión de tiempo, o quizá es que no le hubiera dado tiempo a encontrar la clave para funcionar en estas canchas, algo que parece ya tiene controlado. “No soy la más grande ni la más fuerte del vestuario pero sé que si muevo los pies de un lado a otro, y tengo una base solida de piernas para hacerlo correctamente, entonces podré golpear las pelotas que quiero en la dirección que quiero. Para mí la clave son las piernas, el juego de pies, esa es la parte fundamental de todo el sistema”, asegura Leylah en declaraciones recientes recogidas por la WTA.

ACEPTAR LA HIERBA

Pasa muchas veces en esta gira, jugadores que no empiezan teniendo una buena relación con la hierba porque, aparte de que pueda ser realmente complicado adaptarse en apenas unas semanas, en ocasiones la actitud del jugador tampoco es la adecuada. Exactamente lo mismo que con la tierra batida, es cuestión de concienciarse de que en superficies naturales las cosas no irán tan rodadas como en cemento. Esto lo sabe muy bien Fernández, que con un balance de 16-13 esta temporada sigue mejorando y aprendiendo en cada paso que da. En Eastbourne, donde ya firma su mejor resultado del curso, la norteamericana celebra haber llegado a un punto de cocción ideal, donde el factor mental sume en vez de restar.

“Algo que nos sucede muy habitualmente a los jugadores de tenis es que estamos continuamente pensando en todo: los rebotes, el movimiento, el tipo de pista, las condiciones, etc. En realidad, la hierba es simplemente una superficie más, por supuesto que es diferente, pero es una superficie más. Solo tienes que moverte rápido, colocarte justo delante de la bola y golpearla temprano. Mi entrenador me repite esto continuamente, me pide que lo haga lo más simple posible, que no me complique demasiado. Hasta ahora me está yendo bien, así que guardo una relación saludable con el césped”, apunta a falta de unas horas de chocar en semifinales con Madison Keys.