
Darren Cahill es uno de las figuras más importantes del mundo del tenis de los últimos 25 años. Sin embargo, el australiano siempre ha preferido mantenerse a la sombra. Desde sus inicios con un joven prometedor llamado Lleyton Hewitt, su unión con un renovado Andre Agassi y su etapa con Simona Halep hasta su figura actual como entrenador del número uno del mundo, Jannik Sinner. Sin embargo, su relación profesional con el italiano parece que llegará a su fin al término de esta temporada, tal y como han confirmado jugador y entrenador.
Pero el australiano no solo ha hablado sobre el italiano, sino que ha comentado varios temas en el ‘Podcast Tennis Insider Club’ de la tenista Caroline García. En esta entrevista, Darren Cahill se abre y se sincera acerca de lo que significa ser entrenador y de su relación con todos los jugadores que ha entrenado.
En esta charla tenística, Cahill comentó sus inicios como entrenador a los 25 años, después de retirarse como tenista profesional por las lesiones y sin dinero en los bolsillos: "Estaba arruinado, compré un bar en Adelaida y aprendí a servir cerveza. Mi suerte fue llamar a la puerta de un jugador de 12 años llamado Lleyton … y el resto es historia".
- Llevó a Hewitt a la cima y después ayudó a Agassi a volver a estar entre los mejores
Y es que con Lleyton Hewitt comenzó su andadura en los banquillos, aunque no todo fue como se esperaba: "Era como un Porsche, pero sin frenos. Tuvimos problemas, no sabía cómo solucionarlos y le dije: ve más rápido. Y así llegamos al número 1 del mundo. Pero entonces supimos que nos estrellaríamos porque no teníamos frenos. Esto es lo que ocurrió debido a problemas tanto dentro como fuera del campo", lamenta el de Adelaida.
Sin embargo, y a pesar de su ruptura con Hewitt, su siguiente experiencia fue con uno de los mejores tenistas de la historia, y que atravesaba momentos muy difíciles, Andre Agassi. El tenista americano confirmó en su autobiografía ‘Open’ lo importante que fue Cahill para su recuperación y vuelta a la cima del tenis: "La relación entre Agassi y el tenis es difícil, como está escrito en el libro. Le resultó muy difícil encontrar un equilibrio entre la satisfacción de la victoria y el dolor de la derrota. Siempre prevaleció el segundo, por eso sufrió mucho. Las cosas cambiaron cuando conoció en su camino a Steffi Graf , una persona increíble, no sólo como tenista, sino como mujer de familia. Ha encontrado un equilibrio increíble en su vida privada. Conoció a una mujer increíble que le dio un propósito más allá del tenis, como todo su trabajo de caridad. Empezó a jugar por este motivo: para ser mejor persona, para ayudar a los demás. Es un hombre extraordinario, increíblemente inteligente".
Tras esta exitosa etapa con Agassi, Cahill se alejó unos años de la primera línea del tenis hasta que encontró en el programa de formación de Adidas. Allí coincidió con Simona Halep y posteriormente se convirtió en su entrenador. Aunque confesó que su peor momento como técnico fue en la derrota de la rumana en la final de Roland Garros 2017 ante Jelena Ostapenko: "Esa derrota la devastó y ese fue mi peor momento como entrenador. Había mucha presión sobre ella y yo intentaba mantenerme siempre positivo. Pero fue la peor elección: ella estaba sufriendo y yo no le demostré empatía. Me costó un tiempo entenderlo: después de tres meses le di un abrazo y los dos rompimos a llorar. Le dije que si quería despedirme lo entendería, pero en dos semanas toda la presión desapareció".
Tras su etapa con Halep, todo cambió cuando apareció Jannik Sinner, de quien no dudó que era una estrella en ciernes: "Lo comenté hace cuatro o cinco años para ESPN y pensé: ' Dios mío, este chico es especial '. El sonido que hacía al golpear la pelota, la forma en que se movía: estaba claro que iba a ser un gran jugador. Riccardo Piatti estaba haciendo un gran trabajo con él. Cuando empezamos a trabajar juntos, nos dimos un período de prueba de tres o cuatro semanas sobre el césped. Perdió en la primera ronda contra Tommy Paul, no fue un gran comienzo, pero ya se podía ver su potencial".
- Su conexión con el número uno del mundo tiene fecha de caducidad
Aunque, a pesar de su gran relación con el italiano y los éxitos que han conseguido, su unión con Sinner está cerca de terminar, pero lo explica de la forma más natural y racional posible: "El horizonte temporal ideal para un entrenador es de tres o cuatro años. Una vez pasado ese periodo, el riesgo es convertirse más en un mánager que en un auténtico entrenador. Después de cierto tiempo, el deportista ya ha absorbido todas las enseñanzas posibles, y es el momento de introducir una nueva voz, una perspectiva diferente, para seguir creciendo".
Y para concluir esta entrevista a corazón abierto, Cahill habló sobre el caso de dopaje que rodea a su pupilo desde hace un año y lo bien que ha sabido el número uno del mundo gestionar las emociones: "El caso de Clostebol podría haberlo abrumado, pero Sinner ha demostrado una extraordinaria capacidad para manejar la presión. ¿ Cómo logró alcanzar esos resultados con todo el peso de ese asunto sobre sus hombros? Nosotros también nos lo preguntamos. Algunos jugadores traen sus problemas al campo, otros los dejan fuera. Jannik pertenece a esta segunda categoría. Hablamos de las críticas que recibía de jugadores, entrenadores, medios de comunicación, y un día me dijo: ' No te preocupes por las críticas de gente de la que no aceptarías consejos '. Tiene sólo 23 años, pero tiene una sabiduría impresionante. Italia puede estar orgullosa de él, y con razón".