
Algo le pasa a Carlos Alcaraz. Las alarmas se han encendido después de una gira americana de pista dura en la que no ha encontrado ningún momento su juego. Esta sensación parece estar presente desde el inicio de 2025, pero en este mes de marzo parece haberse profundizado. Tras su eliminación en semifinales de Indian Wells, se despide en un abrir y cerrar de ojos del Miami Open, donde sucumbió ante un David Goffin que se mostró solido desde el principio hasta el final, mientras que el español volvió a dar síntomas de bloqueo, desconexión y falta de ideas. El belga se hizo con la victoria por 5-7, 6-4 y 6-3 y firma la primera gran sorpresa del torneo. Mientras que Alcaraz deberá de reponerse de este duro golpe antes de iniciar la gira europea de tierra batida que se antoja más importante que nunca.
Llegaba Carlos Alcaraz a Miami con la mosca detrás de la oreja después su derrota ante Jack Draper en las semifinales de Indian Wells, en uno de los partidos más irregulares que se recuerdan en su corta, y exitosa carrera. Por ello, no había mejor solución para aquel mal recuerdo que buscar la victoria en debut en el torneo de Florida, dónde consiguió su primer Masters 1000 en 2022.
Confesó el español tras su derrota ante Draper en California que salió muy nervioso al encuentro y pensando más en el tenis de su rival que en el suyo. Por ello, comenzaba muy metido en el partido y evitando que el veterano Goffin se le subiera a la espalda. Sin embargo, el belga es un jugador que siempre mete una bola más, que cambia direcciones con gran maestría y salvaba dos bolas de break, dando a entender que no había venido a Miami de paseo.
Desconexión y recuperación en menos de cinco minutos
Si el de El Palmar había entrado al encuentro más convencido y concentrado, todo se desvanecía rápidamente y parecía quedarse sin ideas. Tiraba dos dejadas que se quedaban muy largas y realizaba una doble falta en la primera bola de break que dispuso Goffin. Aparecían los fantasmas de Indian Wells y Alcaraz tenía que subir una marcha sino quería que las alarmas se empezasen a encender a las primeras de cambio.
Y como suele hacer cuando camina en el alambre, despertó y recuperaba rápidamente el quiebre para igualar un primer set (4-4) muy raro y peligroso para las intenciones del español. A pesar de la recuperación del de El Palmar, el belga no bajaba el nivel y seguía siendo igual de fiable con su saque y molesto en los restos.
Pero en el instante en que el set entró en el momento clave, el número tres del mundo daba la estacada. Goffin podrá tener la experiencia de un veterano de 34 años, pero Alcaraz tiene la determinación de todo un campeón de cuatro Grand Slams y se llevaba un set de mucho oficio y paciencia (7-5).
Un segundo set frio, raro y gris
Del intercambio de golpes de la primera manga, se pasaba a una segunda con escasos peloteos y poco ritmo. Pero ni con esas el murciano se salvaba de sacar con apuros su servicio, ni la volea ni las dejadas funcionaban y eso daba alas a un Goffin que no alteró su plan de juego.
El duelo entró en una fase de letargo con un público más frio y dormido de lo normal, y con el apagón de las vallas publicitarias daba la sensación de ser un entrenamiento más que un partido de Masters 1000.
El segundo set entraba en el momento cumbre, pero los errores no forzados de ambos eran el principal protagonista. La poca tensión competitiva provocó la desconexión de Alcaraz que cedía su servicio con 4-4 y Goffin esta vez si aprovechaba la ocasión para llevarse la segunda manga y llevar el partido a un definitivo y tercer set. ‘Are you kidding me?’ (Me estas tomando el pelo, en español), rezaba el marcador en el momento en el belga se hacía con un segundo set, pero era la pregunta que se hacían todos al ver un extraño set, que no tuvo mucha historia, y la poca que tuvo Goffin la aprovechó.
Alcaraz no estaba presente en Miami
La forma en la que Alcaraz perdió el segundo parcial le afectó sobremanera porque cedía su saque en el primer juego del set definitivo. Estaba claro que algo le pasaba a Alcaraz, ya sea tenístico, mental o físico, el murciano no estaba presente en la central de Miami y los aficionados presentes se frotaban los ojos al ver que el campeón de 2022 empezaba a verse más fuera que dentro.
Hubo un conato de resurgimiento, quizá al verse al borde de eliminación, y a eso se agarraba Alcaraz que sacaba el puño a pasear para despertar a una grada que pasó del profundo silencio a hacer la ola. Pero ni con esas se alteraba Goffin que seguía impasible y cada vez se acercaba más a la victoria.
“¡Va, que estás ahí, tienes que tirar para adelante que él te va a dar la oportunidad!”, le gritaba Juan Carlos Ferrero a su pupilo, pero el murciano negaba la cabeza, como si fuera consciente de que hay algo en su sistema que no terminara de funcionar. El murciano no tiraba la toalla, pero daba la sensación de que no era el día porque las bolas que normalmente entraban, hoy se iban por milímetros y cuando a Goffin parecía que le entraba el vértigo se reponía para sacar sus servicios. De esta manera, el desenlace era inevitable y el belga firmó la primera sorpresa del Miami Open, para lamento de un Alcaraz que en ningún momento tuvo el control del partido y que deja muchas dudas para el inicio de la gira de tierra batida. Pero si hay algo claro es que, a dia de hoy, Alcaraz no es Alcaraz.