
Triunfo anhelado y merecido para Carlos Alcaraz. El murciano facturó su billete para la final del ATP Masters 1000 Montecarlo 2025 tras cuajar una muy buena actuación frente a un Alejandro Davidovich que ofreció una notable versión de sí mismo. El resultado final fue de 7-6 (2) 6-4 en favor de un Alcaraz que está a un paso de su gran objetivo.
Fiesta del tenis español la que se vivió en el ATP Masters 1000 Montecarlo 2025 con el choque en semifinales entre Carlos Alcaraz y Alejandro Davidovich. Las expectativas eran altas por ver a dos compatriotas y amigos luchando por un puesto en la final y se desató una interesante batalla en la que siempre dio la sensación de que el devenir de la misma se movería al son de lo que dictara el murciano, aunque sin margen alguno para la relajación por el buen hacer de su rival.
Si por algo se caracterizan los últimos tiempos de Alcaraz son por las montañas rusas a nivel tenístico y emocional que hay en sus encuentros. Desde el arranque del primer set ante Davidovich quedó puesto de manifiesto que el murciano tenía un puntito más de precisión, potencia, variedad y, sobre todo, capacidad para sostener la excelencia en el tiempo. El malagueño aguantaba el tipo, se generaba oportunidades al resto y sufría al saque, hasta que con 5-2 y bola de set a su favor, el número 3 del mundo no aprovechó sus oportunidades y entró en una espiral negativa intensificada por el buen hacer de Fokina.
Consiguió frenar la sangría de errores Carlitos en el momento oportuno, para asegurarse el tiebreak, y una vez en él, volvió a emerger su mejor versión. Esa en la que da la sensación de que da igual quién esté al otro lado de la red porque es, simplemente, ingobernable el tenis del murciano. Dio un golpe sobre la mesa que podría haber llegado antes y que, muy posiblemente, si sigue ganando partidos no se postergará tanto en próximos torneos, pero lo importante es que lo dio.
- Alcaraz tuvo opciones de cerrar antes el primer set, pero terminó elevando su nivel en el tiebreak
Ya con un set en el zurrón, Alcaraz estuvo más suelto y preciso en sus ataques durante la segunda manga, consiguiendo un break de salida y aguantando las embestidas de un Davidovich que se aferró al partido con uñas y dientes en un maratoniano tercer juego. Sufría mucho con segundos saques Alejandro, cometía errores con los cambios de altura ejecutados por su compatriota, pero atacaba con orden y eficacia.
El encuentro entró en una fase de gran vistosidad y consistencia por parte de Davidovich, aunque Carlos se afanaba en imponer su autoridad a base de saques y derechas ganadores, el libreto clásico con el que puede destrozar récords históricos en el mundo del tenis. Sacó adelante sus turnos al servicio sin excesivo sufrimiento y una profesionalidad y seguridad en sí mismo que hacía tiempo no se observaba de forma clara en su juego.
- Carlos desplegó su mejor tenis con el saque y la derecha durante el segundo parcial
Nada que reprochar a un Alejandro Davidovich cuya actitud todo el encuentro fue muy positiva y que terminó claudicando ante su compatriota más por méritos del murciano que por deméritos suyos. El tenis español puede estar orgulloso de lo visto en esta semifinal e ilusionado con lo que puede deparar el futuro. Carlos Alcaraz está a solo una victoria del título en el ATP Masters 1000 Montecarlo 2025, en lo que sería el pistoletazo de salida ideal en esta gira sobre tierra batida.