"Aguanta, Rafael, aguanta"

Muchos piden a Rafael Nadal que lo deje y se retire ante tantos problemas físicos, pero pocos saben lo que su tío Toni siempre le enseñó: Aguantar y nunca rendirse.

Jose Morón | 14 Jul 2015 | 07.30
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"Aguanta, Rafael, aguanta". Foto: Getty
"Aguanta, Rafael, aguanta". Foto: Getty

«Aguanta —me decía—, aprende a superar tu debilidad y el dolor. Esfuérzate hasta el límite y no te derrumbes nunca. Si no aprendes eso, nunca serás un deportista de élite».

Esas son las palabras de Rafael Nadal plasmadas en su libro 'Rafa, mi historia', en relación a lo que su tío Toni le decía desde pequeño. Todos aquellos que piensen que Rafa debería colgar ya la raqueta y dejarlo, harían a bien recordar lo que le enseñó Toni, a nunca rendirse y luchar hasta el final. Si alguna vez se preguntaron por qué Nadal sigue en activo y pese a todos los contratiempos no ceja en su empeño de seguir siendo tenista y luchando por los grandes títulos o por qué no tiró nunca la toalla ni cuando peor parecía estar, ahí encontrarán la respuesta. Rafa no lo dejará sin más. No sin antes luchar.

«Lucha y pelea hasta el final y aguanta, Rafael, aguanta».

Esas fueron las últimas palabras que Toni le dijo a Rafa justo antes de saltar a pista en la final de Wimbledon 2008 y que han quedado grabadas a fuego en la memoria del tenista. Aguantar es una palabra con la que Toni ha martilleado a Rafa desde que comenzara a entrenarle. Es casi como su filosofía de vida y que Nadal sigue casi como si fuese una religión. Todos conocemos su afán de lucha y el pelear hasta el último punto de partido. Todo se rige por el aguantar. Por el seguir adelante. Es por eso que Nadal aguanta y aguanta. Y aunque le vengan mal dadas, él seguirá luchando. Como los músicos del Titanic aguantaron juntos hasta que el barco se hundió en las profundas aguas del oceáno Atlántico o como Daisy Fuller aguantó junto a Benjamin Button incluso cuando éste se hacía cada vez más joven mientras ella envejecía.

«Mira, tienes dos caminos para elegir; decirte a ti mismo que ya ha sido suficiente y abandonar, o bien prepararte para sufrir y seguir adelante. Tienes que elegir: aguantar o rendirte».

Y Rafa pocas veces o ninguna ha elegido rendirse en su vida y resulta complicado que lo haga ahora en plena lucha por ser el mejor de la historia. Toni siempre trató a su sobrino con mano dura. Casi militar. Le obligaba de pequeño a barrer la pista de entreno incluso cuando en el club había una persona que se encargaba de hacer eso. Toni le hacía jugar a Nadal con pelotas malas aposta para que buscara la mejor forma de golpear. Le hacía levantarse a primera hora de la mañana para entrenar incluso el día después de haber ganado un título. Y todo con una simple finalidad: aguantar.

«La cabeza lo es todo. La actitud. El aguantar más que el contrario».

2010, Nueva York. Rafa acaba de ganar a Denis Istomin en primera ronda del US Open y se encuentra con Toni en el vestuario que no tiene muy buena cara a pesar de la victoria de su sobrino. Éste le reprocha su mala actitud en pista. Nadal, le responde: "No entiendo por qué te quejas de mi actitud. Todo el mundo elogia mi actitud en pista. He ganado, ¿a qué viene esto?". Toni le mira en silencio y le contesta: "Vale, yo me limito a decir lo que pienso. Si no te gusta, me vuelvo a mi casa y ya puedes buscarte otro entrenador". Nadal sintió que su tío estaba siendo injusto con él y aunque nunca jamás había puesto en duda las palabras de su tío, ni cuando le mandaba barrer la pista ni jugar con pelotas malas ni levantarse temprano después de una victoria, aquel día sí lo hizo. "Normalmente estoy de acuerdo contigo, pero esta vez creo que te equivocas". Toni se dio la vuelta y tiró una frase que dejó frío a su sobrino. "Muy bien, si así son las cosas ya no disfruto siendo tu entrenador". Y se marchó pegando un portazo a sus espaldas.

«Después de todo lo que has logrado no te dará miedo jugar este partido, ¿verdad?»

Porque Toni siempre ha querido crear tensión en su sobrino. Incluso cuando se enfrentaba a un jugador de ranking bajo. No dejaba que se despistara y le mantenía siempre alerta para que no perdiera la actitud. Después de ese roce, se arreglaron y ese toque de atención por parte de Toni hizo que Nadal se creciera y jugara mejor que nunca. Pocas veces se le ha visto jugar a Nadal tan bien y siendo tan superior a sus rivales como en ese US Open 2010. Acabó llevándose la final pasando incluso por encima de Novak Djokovic con un juego espectacular, dañino con su derecha, perfecto de revés e increíblemente poderoso al saque. Nadal siempre ha aprendido a levantarse, gracias a lo que le inculcaron desde pequeño. Porque así lo han hecho siempre. Porque entre rendirse o aguantar, Nadal siempre eligió lo segundo y a base de esfuerzo y trabajo, llegó, se superó y venció.

A Nadal siempre le han enseñado a aguantar y es por eso que no le veremos retirarse sin más. En los últimos años, después de la pandemia, Rafa ha sufrido de diversas lesiones que le han hecho plantearse seriamente su futuro, como el problema del pie en la primavera de 2022. A tal punto llegó el espíritu de aguantar del balear, que se atrevió a dormirse el pie para poder competir, con los riesgos que eso suponía para su físico. Ni el abdominal ni las nuevas lesiones musculares han hecho mella en su deseo de seguir. Sabe que tiene la gloria al alcance de su mano y aunque ya podría haber dicho adiós hace bastante tiempo, su amor por este deporte y las ganas por dejar su nombre en el puesto más alto de toda la historia, le hace llevar ese "Aguanta, Rafael, aguanta" hasta el fin de sus días como tenista. Porque Rafa no va a abandonar sin antes luchar. Bajar los brazos nunca fue una opción. De eso, no tengan la menor duda.