Novak Djokovic ha jugado y ganado muchos encuentros en los que a veces no ha logrado sacar su mejor tenis, el de todo un campeón. Sin embargo, jugar mejor no te asegura llevarte la victoria si tu rival destaca en los momentos más importantes. Eso es lo que ocurrió en la final de Wimbledon en 2019 cuando el serbio se enfrentaba a Roger Federer. Y es que Nole recordó en una entrevista para Head cómo logró darle la vuelta a ese partido en el que el suizo estaba siendo mejor en cada uno de los aspectos del tenis. Un partido que terminó ganando para llevarse el título. Además, también abordó otros dos momentos importantes de su carrera co, cuando se convirtió en el hombre con más Grand Slams de la historia.
- Sobre su increíble racha de 43 partidos sin perder en 2011
"Ese no era mi objetivo. Me sentía muy bien con mi tenis porque terminé la temporada de 2010 de la mejor manera posible, ganando el primer título de la Copa Davis con Serbia y eso me dio una gran inyección de confianza para 2011. Empecé con la victoria en el Open de Australia y luego estaba en racha. Una vez que tienes el viento a tu favor, a veces tienes la sensación de que estás completamente en la zona y que no hay nada que te detenga. Y seguí ganando y ganando y cuanto más ganaba, más confiado y cómodo me sentía en la pista, no me importaba contra quien estuviera jugando o en qué superficie. Fue una sensación maravillosa que probablemente se experimenta una vez en tu carrera, ganar básicamente medio año sin perder un solo partido. Fue genial".
- Ganar los 4 Grand Slams consecutivos desde Wimbledon 2015 hasta Roland Garros 2016
"No está mal, ¿verdad? ¿qué puedo decir? Siempre soñé con ganar Wimbledon y ser número uno del mundo. Cuando lo logré fue: ‘está bien, ¿ahora qué sigue? ¿Cuál es el próximo gran sueño? El siguiente gran sueño es ganar tantos Grand Slams como sea posible. Entonces quise completar todos los Slams y Roland Garros era el único que nunca había ganado antes. Hasta ese momento había perdido varias finales y me sentía muy frustrado por no haber ganado allí. Pero cada año sentía que me acercaba más y más. Así que ocurrió en 2016, frente a uno de mis ídolos de la infancia, Guga Kuerten, que había ganado Roland Garros tres veces. Le pregunté si podría dibujar un corazón en la tierra, como una especie de copia suya y me dio su bendición, así que así lo hice. En ese momento tenía los cuatro títulos de Grand Slams consecutivos. Fue un momento único".
-La final de Wimbledon ante Federer en 2019
"Recuerdo que era muy tarde, el sol estaba muy bajo, así que era complicado ver para ambos. Me rompió el saque y él sacaba, creo que 8-7 en el quinto set. Fue el primer año que introdujeron el super tiebreak a 12 iguales. Era un escenario perfecto para el torneo, obviamente para mí también, no sé él, pero jugar el super tiebreak en la final, un partido muy largo. Partido en el que, estadísticamente, él era mejor jugador. Si lo analizas, ves que Roger ganó más puntos, tenía todas las estadísticas de su lado, pero yo encontré la forma de ganar en los momentos importantes, de jugar los golpes adecuados en el momento adecuado. Iba 40-15 abajo y solo intenté hacerle jugar, hacerle ganarse la victoria. Subió a la red, hice un passing shot en el segundo punto de partido, se cansó un poco, aproveché mi impulso y luego el super tie break de nuevo fue muy reñido. Fue un partido muy reñido y probablemente el partido más angustioso en el que he participado. Tal vez otro que añadiría a esa sección fue la victoria de 2012 en el Open de Australia contra Nadal en la final. Esos dos partidos destacan como los dos mejores partidos en los que he formado parte".
- Su título número 23 de Grand Slam
“Ese fue el histórico número 23. Fue un momento importante. Tuve un torneo sólido, yo diría que jugué bastante bien teniendo en cuenta que no tuve una gran temporada en tierra batida antes de Roland Garros. Sé que allí juego mi mejor tenis en tierra batida y eso me dio la confianza de poder hacerlo de nuevo. Y lo hice, particularmente en los últimos partidos contra Alcaraz en semifinales, cuando él estaba en plena forma. Pero yo tenía una visión muy clara de lo que tenía que hacer y cómo tenía que enfocar el partido. Creo que jugué un tenis muy bueno y también en la final hice un partido muy sólido contra Casper Ruud. Después de esa última derecha que se le fue fuera, me derrumbé en la pista. Tenía a mis hijos allí, a mi mujer y a toda mi familia, fue uno de los momentos más bonitos que he vivido nunca”.