¿Qué fue de Jared Donaldson?

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El lunes 5 de marzo DE 2018, días después de hacer semifinales en Acapulco, Jared Donaldson se convertía en Nº48 del mundo. Estrenaba su mejor ranking de siempre y se colocaba como el cuarto mejor hombre de su país, motivos de sobra para celebrar, pero algo en su interior le decía que esta aventura no sería para siempre. Lamentablemente, acertó.

Un año después, el Masters 1000 de Miami, Jared disputaría el último torneo de su carrera. Obligado a colgar la raqueta con 25 años por una tendinitis crónica de rodilla, el de Providence le dio un giro radical a su vida y apostó de lleno por los estudios. No se equivoquen, su historia no es la de un perdedor, sino la de un hombre que fue capaz de reinventarse y que hoy sonríe recordando lo que fue y lo que terminó siendo. A través del blog Behind the racquet, nadie mejor que él mismo para contarla.

CARTA ÍNTEGRA DE JARED DONALDSON

“Tuve dolor constante durante tres años y medio. Estaba tan desesperado por encontrar cualquier alternativa gratificante que fue casi un alivio el momento en el que me dieron la opción de retirarme y apostar todo a los estudios. Mucha gente me dice: ‘Vaya, debió de ser todo un reto’. La respuesta a esa pregunta es… sí y no. No fue un gran desafío en el sentido de que tampoco tenía otra opción. No era como si tuviera que dejar mi carrera por falta de talento o de deseo. La razón es que físicamente no podía.

Lo que de verdad me llamó la atención fue cuando fui a la universidad y tuve que pedir ayuda. Estaba acostumbrado a ser siempre muy bueno, así que pedir ayuda me supuso una sensación extraña. Esa fue la parte más desafiante de la transición, pero realmente nunca sentí que fuera triste, ya que tampoco tenía más opción. La vida no siempre funciona de la manera que uno quiere, tienes que adaptarte.

Una cosa que trato de decirle a los niños es que el tenis es genial, a mí me proporcionó muchas oportunidades por las que siempre estaré agradecido, pero ese carácter atlético algún día termina. El tenis termina. Es muy importante ser completo y estar abierto a otras oportunidades en lugar de cerrarte y pensar: ‘Solo hago esto, solo voy a hacer esto hasta el resto de mis días’.

Sinceramente, ha sido un alivio alejarme del tenis. Justo antes de operarme por segunda vez, recuerdo estar hablando por teléfono con alguien y decirme que, si la cirugía no funcionaba, tendría que parar y retomar mis estudios. Esa conversación fue un alivio porque ya había empezado a pensar en la rehabilitación y en la miseria que podría ser todo. Ahora me resulta imposible imaginar cómo era mi vida antes, solo digo que tendría que haber más posibilidad en torno a lo que supone un sacrificio. Creo que tiene que haber más comprensión y elogios para los jugadores que asumen un gran riesgo y se pierden muchos eventos de la vida que son transformadores y normales por el sueño de jugar a tenis.

Definitivamente, no era mi primera opción tener 27 y entrar en mi último año de universidad, pero siempre estará agradecido a la Universidad de Pensilvania. Me encantan los académicos, siento que me puse en una posición envidiable después del tenis, una nueva carrera que me dio oportunidades para perseguir lo que quiero hacer. Tengo mucha suerte por esta oportunidad, aunque le puse mucho esfuerzo, dedicación, compromiso e intensidad, la misma que un día puse en el tenis.

Con el tenis solo quería mejorar cada día. Ahora, en la vida, profesionalmente solo quiero aprender un poco más. Ahora no me gusta el tenis, no juego con tanta frecuencia, pero estoy muy contento. Me encantó llegar al circuito, la competencia y la búsqueda de algo que es realmente complicado. Eso es lo que quizá echo de menos, es la experiencia que me llevé del tenis, lo que de verdad me gusta”.