La temporada 2024 ha estado absolutamente plagada de retiradas. Si el dominio de Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en el circuito ATP, sumado a la regularidad en los grandes títulos en el circuito WTA por parte de las diez mejores del mundo, han sentado las bases de una nueva era en el mundo del tenis, el adiós de tenistas con los que hemos convivido en las últimas décadas ha apuntalado el nuevo paradigma del tenis mundial. Hasta cinco campeones y campeonas de Grand Slam en individuales han colgado la raqueta este año, señal inequívoca de nuevos tiempos y motivo de análisis y, por supuesto, celebración.
Ha sido un año de especial impacto y huella dentro del tenis español. Hemos visto decir adiós a Rafael Nadal, con una despedida agridulce tras un año en el que jamás trasladó las buenas sensaciones de los entrenamientos al ritmo de competición. Fue una temporada marcada por la última lesión sufrida en Brisbane, donde cayó ante Jordan Thompson en lo que acabó siendo el principio del fin. Su 2024 le humaniza en cierto modo, acercándonos a una figura sobre la que siempre pensamos que había, aún, un último truco bajo la chistera.
Es la retirada de más alto perfil en el mundo del tenis, sobre la que más focos se pusieron y la que seguramente más nos cueste digerir todavía... pero también se nos marchó nuestra última campeona de Grand Slam en el tenis femenino. Lo hizo, por el contrario, lejos de la pista, sin hacer mucho ruido y en el marco de una nueva vida alejada de las pistas. Garbiñe Muguruza es relativamente joven, pero su cabeza hace mucho tiempo que dio el cambio de chip: este 2024 simplemente lo oficializó, demostrando que su felicidad se encuentra en los nuevos capítulos que escribe, muy lejos de buscar sumar nuevas conquistas.
MURRAY Y THIEM, ADIÓS A LOS LUGARTENIENTES DEL BIG THREE
También se nos puso la piel de gallina con el adiós de dos nombres que nos han hecho levantarnos del sofá en numerosas ocasiones. Andy Murray seguirá ligado al mundo del tenis ejerciendo como entrenador de Novak Djokovic, pero antes tuvo tiempo para cerrar el telón representando a su país en los Juegos Olímpicos. Su cuerpo evitó la despedida soñada con una última aventura en Wimbledon, aquejado de una lesión en la espalda que fastidió el final perfecto. Ya saben, como dijo Rafa, los finales de fantasía solo existen en las películas de Hollywood...
Aunque quizás Dominic Thiem no esté de acuerdo con esa afirmación. El príncipe que llegó a someter al Big Three dijo adiós en casa, delante de su gente, con un torneo de Viena que se volcó para darle el cariño que merece en su última función. Otro ejemplo de retirada debido a una lesión, en la muñeca derecha, que nunca le permitió volver a generar esa fuerza que dotaba de fortaleza a su juego. Lo intentó hasta el final, pero a sus 31 años había dejado de ser competitivo tiempo atrás.
MUCHAS MÁS RETIRADAS... AUNQUE NO TAN CONOCIDAS
Quizás estas cuatro sean las despedidas que más focos han recibido, pero ha habido un importante batallón de nombres a quienes no volveremos a ver en los grandes torneos. En el plano latinoamericano, destacan varios finales: el de Pablo Cuevas, un ilusionista de la raqueta que aún persigue un partido de homenaje final en su Montevideo natal, o el de Federico Delbonis, el 'Burruchaga' de la recordada Copa Davis de Argentina y un tipo con la mecánica de saque más peculiar que se recuerde en las últimas décadas.
También pusieron el punto y final nombres que en algún momento prometieron nuevas glorias a Estados Unidos, pero que acabaron siendo un quiero y no puedo: Ryan Harrison y Donald Young, convertidos a jornaleros del tenis tras ser grandes promesas. No solo eso: hemos vivido el adiós de dos nombres recordados por sus grandes escabechinas en Grand Slam, los de John Millman (quien derrotó a Federer en el US Open 2018 y luego formó parte de un memorable duelo en Australia 2020) y especialmente el de Lukas Rosol, el tipo que dio inicio a un oscuro periodo para Rafael Nadal en Wimbledon tras derrotarle en uno de los mayores campanazos de la historia de este deporte.
Además, el gigante Ivo Karlovic, que no jugaba desde 2022, le puso punto y final a su camino tenístico; le acompañaron otras caras habituales del circuito como Joao Sousa, la mejor raqueta portuguesa de todos los tiempos; Filip Krajinovic, un tenista de estampa clásica y elegante que para sorpresa de muchos se va sin ningún torneo ATP en sus vitrinas, o Steve Johnson, que se acabó labrando una carrera muy meritoria a pesar de tener un revés a dos manos casi inexistente (lo sliceaba todo).
EN EL DOBLES Y EN EL CIRCUITO FEMENINO, FINALES QUE NOS LLENAN DE NOSTALGIA
Y esperen, porque si afirmamos que 2024 es el año de las retiradas no lo hacemos sin motivos de sobra. Si nos marchamos al circuito femenino, hay otra retirada que suena muy fuerte y que merece especial mención: la de Angelique Kerber, un ejemplo de ética de trabajo y tenacidad que acabó llegando a la cima del mundo tras muchos años en las trincheras del circuito. La campeona de Wimbledon decidió dejarlo justo después de los Juegos Olímpicos, convirtiéndose en la quinta campeona de Major que anunciaba su retirada este año.
Este año supuso el final del camino para otras caras conocidas del circuito femenino: perennes tapadas en torneos de alto perfil como Alizé Cornet o Camila Giorgi, otras que tuvieron sus momentos de gloria en Majors como Shelby Rogers o Alisson Van Uytvanck, y otras que aportaron color al top-100 del circuito durante muchos años, como la bielorrusa Vera Lapko, la rusa Natalia Vikhlyantseva (que lo deja con solo 27 años) o la húngara Reca Luka Jani.
Por último, los doblistas también tienen su hueco en esta especie de mensaje de despedida. Encabezados, cómo no, por un Wesley Koolhof al que perfectamente le podrían quedar años de tenis en la reserva, pero que priorizará su vida familiar junto a Julia Goerges tras una carrera de éxitos en Grand Slams; Aisam ul-Haq Qureshi, la mejor raqueta de la historia de Pakistán y que se embarcó en un maravilloso viaje para promover la paz junto al indio Rohan Bopanna (más de uno recordará los tiempos del PaqIndo Express, un altavoz por la conciliación en una región de conflictos); Artem Sitak, un neozelandés de muy buena mano y varios títulos en el circuito; Philipp Oswald, austríaco y ganador de hasta once títulos o Ben McIachlan, que conquistó siete coronas representando a Japón a pesar de haber nacido en Nueva Zelanda.
¿Saben qué es lo mejor de todo? Que a modo de bonus track todavía podríamos añadir a muchos más nombres: Tatsuma Ito, Prajnesh Gunneswaran, Roman Jebavy, Alexa Glatch, Alexa Guarachi, Lesley Pattinama Kerkhove, Raluca Olaru, Attila Balazs... como pueden ver, el 2024 ha sido un año en el que hemos puesto punto y final a muchas historias para, con la esperanza y la alegría del futuro por delante, abrir otras muchas nuevas. Brindemos, pues, porque esas nuevas historias sean tan doradas como las que nos trajeron estos nombres.