Dieciocho de noviembre de 2024, el día que terminó la trayectoria deportiva de Rafael Nadal Parera. El día que España, influenciada de alguna manera por la leyenda del balear, cayó eliminada ante Países Bajos en su primera eliminatoria en las Davis Cup Finals de Málaga. Empujados a un tercer encuentro con todo en juego, Marcel Granollers y Carlos Alcaraz no consiguieron completar la remontada contra Wesley Koolhof y Botic Van de Zandschulp (7-6, 7-6), dejando sin habla a un Martín Carpena que soñaba con cosas grandes esta semana. Un torneo que nunca olvidaremos pese a que todos creemos que contábamos con piezas más que suficientes para llegar muy lejos en el cuadro.
Así es esta nueva Copa Davis, una competición que desde el cambio de formato se ha convertido en el trofeo más complicado de conquistar. Con tantos elementos que se van moviendo sobre la mesa, el más mínimo detalle puede decantar la balanza, puede dejar fuera al gran favorito y darle un empujón al equipo más humilde. En esta ocasión, la dinámica soplaba a favor de los nuestros, con ese triunfo de Carlos Alcaraz para igualar la derrota previa de Rafa Nadal […] Pero el dobles es casi siempre una moneda al aire, sobre todo cuando se junta tantísimo nivel sobre la cancha. ¿Era mejor Koolhof que Granollers? En dobles, seguramente no. ¿Y Van de Zandschulp era mejor que Alcaraz en singles? Posiblemente, tampoco. Aunque de poco sirve esta teoría ante un duelo de máxima responsabilidad.
Empezó el pulso por la vía lenta, con un set de 70 minutos de reloj. Cada pareja tuvo su momento, incluso se vieron bolas de break, puntos imposibles y un público entregado. Con todo esto, fue imposible despegarse en el marcador, por lo que la única salida ante tanta igualdad era decidirlo todo en un tiebreak. Allí vimos a los neerlandés colocarse 3-1 arriba, luego ponerse 3-4 abajo, la sensación de que un paso en falso te dejaba KO era tan angustiosa que el ambiente se fue cargando hasta volverse inaguantable. Los españoles se quedaron un paso por detrás y el reloj dijo que ya no había tiempo para más. El equipo de David Ferrer –y la carrera de Nadal– estaban a un solo set de evaporarse.
Afortunadamente, en el tenis todo cambia muy rápido, más si estamos en un partido de dobles. No habíamos visto un break en 70 minutos del primer set, curioso que en tan solo tres juegos del segundo parcial saltara la primera ruptura. Y fue para España, que estaba obligada a reaccionar ante una situación de alarma. A partir de ahí cambió la perspectiva, la gente recuperó la confianza, pero dentro de la pista faltaba aún mucha tela que cortar. Se hizo largo esta segunda manga, en cada esquina asomaba el peligro, hasta que en el octavo juego ocurrió lo que no queríamos. Países Bajos recuperaba la desventaja con un tremendo Van de Zandschulp y el drama se mascaba en el ambiente. Con 5-4 arriba para los visitantes, la vida de la Armada pendía de un hilo.
EL DESENLACE MÁS CRUEL
A estas alturas ya saben cómo termina la película. Ya lo dijo Nadal, que los finales felices solo suceden en Hollywood. Granollers y Alcaraz no encontraron la fórmula para funcionar como pareja, o al menos para dar un mejor rendimiento que los neerlandeses. Las derrota supone el adiós a una Copa Davis que había generado kilos y kilos de ilusión. ¿Se pudo haber hecho mejor? ¿Y si hubiera jugado Bautista el primer punto? ¿Y si Nadal hubiera jugado el dobles con Marcel? ¿Y si…? Nada de esto existe en el mundo del deporte, lo único que podemos hacer es tragar este veneno que ahora mismo escuece tanto y aprender para el futuro.
Un futuro en el que no estará Rafa Nadal, que cuelga la raqueta tras dos décadas de carrera legendaria, con infinidad de récords y un balance individual en Copa Davis de 29-2. Solo dos derrotas en ese historial y una brecha de 20 años entre ambas. La segunda, la de esta tarde, terminó siendo capital para que España diera un paso atrás en sus aspiraciones a capturar la Ensaladera, pero no se la tendremos en cuenta. Gracias Rafa, por habernos hecho soñar con lo más grande. Gracias Rafa, por no esconderte nunca ante las situaciones más adversas. Gracias Rafa, por enseñarnos a lidiar con la victoria y la derrota. Y gracias Rafa, porque más pronto que tarde volverá como capitán para devolernos lo que hoy se escapó. Te esperamos.