El último partido de la temporada WTA no estaré protagonizada por ninguna de las dos mejores tenistas del mundo. Iga Swiatek, eliminada en la fase de grupos, podrá ver la final de mañana junto a Aryna Sabalenka, eliminada hace unos minutos en semifinales. Día muy triste para la bielorrusa, superada por Coco Gauff en un duelo donde el tesón y la paciencia volvieron a ser claves (7-6, 6-3). Dos elementos en los que es muy complicado dominar a la norteamericana, quien supo apretar los dientes en los momentos más calientes del combate. Esa resistencia tuvo premio: una mesa con Qinwen Zheng este sábado para determinar la campeona de estas WTA Finals 2024.
Con el máximo respeto para lo que pueda pasar mañana, seguro que una buena parte del público se sentó esta tarde frente al televisor tomando este Sabalenka-Gauff como la final anticipada de este torneo de maestras. Dos campeonas de Grand Slam, dos jugadoras dentro del top3, dos mujeres que ya acumulan unas cuantas participaciones en este evento. Y por supuesto, dos rivales que cada vez que se enfrentan saltan chispas. Con el H2H empatado en 4-4, se notaba en el ambiente que este no era un partido cualquiera, era uno de esos que ninguna quiere dejar escapar. Curiosamente, ambas venían de perder su último duelo de la fase de grupos, anécdota que no interfirió para que ambas sacaran todos los tanques desde la primera bola que se puso en juego.
Justo cuando se cumplía una hora de partido, la derecha de Aryan Sabalenka se marchaba fuera por un palmo para decantar un primer set de infarto. Hacía diez minutos, la propia Sabalenka estaba sirviendo con 6-5 y 30-30, momento donde se comió una volea de largo recorrido –de esas que no se pueden fallar– que le hizo sufrir una desconexión impropia para una Nº1 del mundo… pero muy propia de alguien con el temperamento de la bielorrusa. Su último gesto antes de marcharse al vestuario fue reventar una bola contra el techo del estadio, algo que asustó a la propia Gauff mientras se dirigía al banquillo con la tranquilidad de los deberes hechos. ¿Se quedaría la mejor tenista del planeta fuera de la última final del año?
Desde luego, si una mujer ha demostrado ser su kryptonita en estos últimos tiempos esa es Cori Gauff, que aunque a veces le cueste mucho generar con su derecha, cuenta con esa consistencia desde el fondo de la pista para sacar de quicio a la mayor pegadora del circuito. Sin embargo, a la pegadora le estaba faltando pólvora, con la cuenta de ‘aces’ todavía por estrenar y tan solo seis winners en una hora de partido. De los errores no forzados ni hablamos, ahí sí que lideraba la estadística. Las sensaciones eran malas para la jugadora de Minsk, que de nuevo veía en la estadounidense ese muro imbatible que le llevaba una y otra vez a chocarse contra una calle sin salida.
LA JUGADA MAESTRA DE GAUFF
A todo esto, Coco Gauff sabía muy bien lo que podía generarse si perdía ayer ante Barbora Krejcikova. De entrada, significaba dejar fuera del torneo a Iga Swiatek, la rival que más le ha hecho padecer en estos últimos años. Y en segundo lugar, significaba cruzarse en semifinales ante la ganadora del otro grupo, que aunque fuera Sabalenka, mirando el H2H, queda claro que no es el estilo que peor le venga dentro de la pista. No estoy diciendo que se dejara perder adrede, no seáis malos, pero seguro que si este plan se le pasó en algún momento por la mente, dentro de su cabeza no sonó nada mal.
Más allá de todos los pájaros que podamos reunir en nuestras cabezas, la realidad sobre la cancha seguía su curso en dirección totalmente favorable a la norteamericana. Sabalenka, perdida ante un marcador y una rival crecida, comenzó a regalar bolas y dejarse ir, dolida por ver cómo se escapaba una oportunidad de oro, frustrada al mirar el marcador y ver que el problema empezaba también a ser cuestión de tiempo. El sexto juego del set fue de película, con siete bolas de break hasta que finalmente Aryna consiguió romper su techo. ¿De qué sirvió? De nada, porque Gauff arreglaría rápidamente el borrón para sellar su quinto triunfo ante la bielorrusa. Mañana, contra Qinwen Zheng, por el título de maestra de 2024. Todas las miradas en Pere Riba.