“Siempre estuve dispuesto a hacer todo lo posible para volver”

A sus 29 años, Kyle Edmund acumula cuatro temporadas luchando sin éxito por volver al top300. Sus tres operaciones de rodilla a punto estuvieron de acabar con su carrera.

Fernando Murciego | 24 Oct 2024 | 10.30
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Kyle Edmund cuenta su lucha de cuatro años contra las lesiones. Fuente: Getty
Kyle Edmund cuenta su lucha de cuatro años contra las lesiones. Fuente: Getty

Lo que le pasó a Kyle Edmund le ha pasado a muchos jugadores. Tenista con talento, que no para de crecer, que la rompe en un Grand Slam, que se mete en la élite, que multiplica sus expectativas, tanto él como la gente de fuera, hasta que llega una lesión y se apaga la luz. El siguiente paso es el único que puede variar según el protagonista. Algunos jamás vuelve a brillar, mientras que otros regresan a los escenarios principales, pero nunca al mismo nivel. En el caso del británico, todavía está por dirimirse a qué bando pertenece.

“Fueron duros los días donde no pude jugar a tenis, me despertaba cada mañana y yo mismo me preguntaba: ¿para qué me estoy levantando? Literalmente, el plan que tenía desde primera hora del día era hacer algo de rehabilitación”, reconoce Kyle en una entrevista para ATP, donde explica con todo lujo de detalles lo que llega a pensar una persona que no ve la luz al final del túnel. A sus 29 años, lejos quedan aquellas semifinales del Open de Australia o el orgullo de ver su nombre en el escalón Nº14 del mundo. Hoy la realidad a punta a que sigue fuera del top300, solo que con tres operaciones en la rodilla izquierda.

“Ha sido una batalla muy difícil, a veces emotiva, demasiado tiempo sin jugar un torneo”, subraya el de Johannesburgo. “Lo que ocurre es que llegas a perder un poco el propósito, empiezas a preguntarte qué hacer y todo ese tipo de cosas. Hay algunos momentos en los que estás completamente deprimido, incluso te emocionas. La suerte es que tienes contigo a tu familia y tus entrenadores, siempre están a tu alrededor para ayudarte a liberar esa frustración, a escucharte cuando necesitas recordar que la situación es una mierda”, sostiene el actual #334 de la clasificación, alguien que llegó a estar durante ocho meses en el top20.

Todo iba bien para el británico por aquel entonces, hasta que al final de la temporada 2020 no le quedó otra que pasar por el quirófano para solventar el dolor en su rodilla izquierda. En marzo de 2021 tendría que volver a pasar, incluso una tercera vez en mayo 2022. ¿Mala suerte? Teniendo en cuenta que en 2023 también tuvo que parar por una lesión de muñeca izquierda, es evidente que Edmund no ha sido el más afortunado con las cuestiones físicas. No faltaron adversidades en su camino en estos cuatro últimos años, pero tampoco el impulso para levantarse cada día a combatirlas.

“Nunca me faltó motivación, lo cual es positivo. Hubo momentos en los que no sentí que hubiera ningún progreso. Ahora es diferente, incluso si es un pequeño progreso, al menos sientes que estás avanzando hacia algún lugar, pero en el pasado hubo etapas donde no pasaba absolutamente nada, eso fue difícil de manejar. Sin embargo, sabía que al no hacer nada, no iba a mejorar, así que aposté por seguir adelante como fuera”, reconoce el campeón de dos títulos individuales, Amberes 2018 y Nueva York 2020.

TENIS O TENIS, NO HABÍA OTRA OPCIÓN

Y así ha ido pasando el tiempo, cuatro temporadas en las que ya nadie habla de Kyle Edmund, a quien muchos vistieron como el claro sucesor de Andy Murray, traje que hoy ocupa Jack Draper (cruzamos los dedos para que tenga algo más de suerte). Con todas las cicatrices del camino, no será fácil volver a verle en el top15 mundial, ni qué decir de verle de nuevo en una semifinales de Grand Slam, pero su historia va más allá de los números. El caso del británico habla sobre el valor de no tirar nunca la toalla, de perseguir un sueño, de dejarte hasta la última gota de sudor hasta que el cuerpo ya no pueda más. Hasta que la mente diga basta.

“En mi cabeza siempre fui muy terco, esa terquedad me ha ayudado en otras cosas, es un buen rasgo ser terco con la rehabilitación, siempre estuve dispuesto a hacer todo lo posible para volver”, valora después de tantos años de sacrificio. “Soñaba con ver llegar ese día en el que pudiera estar de nuevo en la cancha. Al final, cuando has estado tanto tiempo fuera, te das cuenta de por qué estás luchando. Claro que hubo momentos donde pensaba en dejarlo y hacer otra cosa, pero en cuanto me quedaba pensando en ello… rápidamente me demostraba a mí mismo que lo que quería era seguir intentándolo”.