“Estoy orgulloso de mi carrera, no dejé escapar ninguna oportunidad”

Steve Johnson hace balance de su trayectoria tras disputar su último partido en la Qualy de Indian Wells: “El tenis ha sido mi vida entera, soy un afortunado”.

Fernando Murciego | 6 Mar 2024 | 08.00
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Steve Johnson en el último partido de su carrera. Fuente: Getty
Steve Johnson en el último partido de su carrera. Fuente: Getty

La carrera profesional de Steve Johnson llegó a su fin hace 24 horas en la Pista 3 del torneo de Indian Wells tras caer ante Emilio Nava en la fase previa. Minutos después del partido, el estadounidense puso el broche con un comentario global.

Para todos los tenistas existe un último partido, aunque no todos son capaces de elegirlo. En el caso de Steve Johnson, su cabeza llevaba tiempo planeando esta última escena, un cierre de telón que tenía que ser sí o sí en el Masters 1000 de Indian Wells 2024. El norteamericano, con una WC para la fase previa, se dejó el alma ante Emilio Nava en el debut, pero ni siquiera los 7MP que tuvo a favor sirvieron para regalarse una capítulo extra (6-7, 7-6, 6-4). Rodeado de su familia y visiblemente emocionado, el ex Nº21 mundial se sentó con la web de la ATP para recordar los buenos momentos y poner el punto final a un recorrido inolvidable.

Para mí esto es la culminación de todo lo que ha sido mi vida entera durante décadas, el tenis”, comenta el ya exjugador de 34 años. “Tener aquí a mi familia lo ha hecho todo más mágico, por eso este lugar y este evento son tan especiales para mí. Crecí viniendo aquí cuando era niño, venía con mi padre y el resto de mi familia todos los años. Ver ahora cómo ha crecido todo y ver en lo que se ha convertido este torneo desde que comenzó… simplemente, es mi lugar favorito. No había otro lugar en el que quisiera que fuera mi último torneo, así que soy muy afortunado por haberlo podido hacer realidad”, explicó tras un emocionante despedida en pista rodeado de su mujer y sus hijas.

¿Y qué tal si hablamos de sus logros? De sus cuatro títulos individuales, su medalla de bronce en los JJ.OO. de Río 2016 o del momento esa misma temporada donde se convirtió en la mejor raqueta de su país. “Tal vez de niño uno establece expectativas poco realistas, porque todo el mundo sueña en grande y quieren ser los mejores, como es normal. Obviamente, será importante hacer un ejercicio de retrospección, pero ahora mismo me siento muy orgulloso de lo que logré, siento que hice casi todo lo que estaba a mi alcance, además de rectificar muchos de los errores que cometí. Creo que no dejé escapar ninguna oportunidad, para mí eso es lo más importante”, apunta el que, para muchos, sigue siendo el mejor jugador universitario que ha dado el college.

Eso sí, de lo que no se libró fue de las lesiones, motivo principal –aunque no el único– para empujarle a tomar esta decisión. “Me empezó a pasar factura hace un tiempo, notaba que ya no podía hacer lo mismo que antes para ser el jugador que quería ser, así que todo se volvió un poco más difícil”, señala tras haber estado tres meses totalmente parado hasta regresar a las pistas en 2024. “He disfrutado del caos que te trae la vida cuando tienes dos niñas, confieso que estar en casa a finales del año pasado me hizo darme cuenta de que ya no me gustaba tanto estar de gira, jugando torneos. Lo seguía haciendo, pero mi mente ya no estaba allí, fue la señal definitiva para saber que ya no quería volver. Algunos chicos siguen jugando hasta que se quedan sin piernas, los respeto mucho, pero yo ya estaba listo para terminar”.

UNA NUEVA ETAPA

Una de las imágenes de la noche fue la de Steve rodeado de aquellos entrenadores que le acompañaron a lo largo de sus doce temporadas en la élite mundial: Dean Goldfine, Marc Lucero, David Nainkin, Peter Smith y Craig Boynton. Ninguno quiso perderse esta cita, aunque lo que de verdad le hizo soltar las lágrimas fue el momento donde su mujer, Kendall, y sus dos hijas, Emma y Molly, bajaron a la cancha para abrazarle. Justo ahí fue donde todo cobró sentido.

“Una de las cosas más bonitas es que tanto mi esposa como mis hijas me recordarán jugando tenis, no hará falta que vean vídeos para recordarlo. Esto significa todo para mí. Tampoco quería mirar hacia atrás y arrepentirme, o sentir el deseo de haber hecho esto o lo otro, quizá por eso ahora me sienta orgulloso. Tener la carrera que tuve, con todos esos logros… cada una de estas vivencias hace que sea súper divertido de observar cuando miro atrás”, concluye el estadounidense, quien todavía tendrá la oportunidad de disputar el cuadro de dobles de Indian Wells junto a su compatriota Tommy Paul. El último tren ya está en marcha.